Para explicar el funcionamiento del cerebro emocional debemos comenzar diciendo que todo comienza con un estímulo sensorial relevante que entra por alguno de los órganos sensoriales y llega hasta el tálamo donde es reconvertido en estímulos cerebrales, un estímulo que ya es entendido por las células y jugos neuronales que forman el cerebro. Después del tálamo la mayor parte del estímulo pasa a la zona del neocórtex especializada en la evaluación de la información (córtex visual en el caso de un estímulo proveniente del ojo) y en diseñar y emitir una respuesta, mandando las órdenes necesarias a los órganos necesarios. En el caso que la información requiera una respuesta emocional, el neocórtex enviará la señal a la amígdala que dará las órdenes necesarias para dar la respuesta emocional oportuna. En esa respuesta intervendrán el hipotálamo, los nervios, el sistema motriz, el sistema hormonal y péptido provocando reacciones en diferentes partes del cuerpo como puede ser la secreción de hormonas o el movimiento de una mano.
No obstante, no toda la información va al neocórtex, sino que una pequeña porción de ésta va directamente a la amígdala por una vía más corta. Esto permite una respuesta más rápida en el caso que fuera necesario. Tiempo imprescindible si atendemos a la necesidad evolutiva de una especie por su supervivencia. En el caso que sea necesario el organismo reaccionará antes que el neocórtex, antes que el cerebro racional emita sus órdenes. Con lo que la conclusión es que hay momentos en los que la emoción se antepone a la razón. Precisamente el funcionamiento de la amígdala y su interrelación con neocórtex constituyen el núcleo mismo de la inteligencia emocional (Goleman 1995, 39).
Queremos hacer aquí un inciso para remarcar la importancia que tuvo LeDoux. El neurocientífico descubrió gran parte de los circuitos nerviosos del sistema límbico. Descubrió el por qué algunas veces el ser humano reacciona de forma emocional antes que el neocórtex envíe su reacción intelectual. El descubrimiento de la ramificación neuronal existente entre el tálamo y la amígdala explicó este fenómeno. Sin embargo los neurocientíficos piensan que cuando el cerebro se pueda cartografiar con precisión cada emoción tendrá su propia cartografía no pudiendo hablar de un sólo cerebro emocional (Goleman 1996,447).
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los amo tkm amigitos