Txema se va, Javi se desmelena

 

 El programa de este lunes ha sido uno de los más tensos de las cinco ediciones de “El Conquistador del Fin del Mundo”.

        El Juego de Inmunidad, denominado “Caníbales”, acabó convirtiéndose en una pelea de barrio. Nunca en este mismo juego los participantes habían utilizado tantas tretas y trampas para intentar ganar. Pumas y Cóndores, ajenos a las voces de Julian, utilizaron las manos y los empujones para llevarse el mayor trozo de carne de cerdo posible. El Juego debía durar 10 minutos…se paró transcurridos únicamente 5. El desafío fue declarado nulo. Los Pumas entendieron que ellos merecían ganar por haber conseguido más carne que los verdes. Korta y Juanito, una vez más, se salieron de madre y empezaron a insultar a diestro y siniestro. A ellos ya les conocemos. Se les va la fuerza por la boca. Pero sus formas, muy poco edificantes pese a estar a tan altas pulsaciones, provocaron que Javi se pusiera a su altura. El peligro de enfrentamiento directo fue alto. Pero todo quedó en un par de gestos inapropiados. El ambiente se podía cortar con un cuchillo…

        La nulidad del Juego desembocó en una doble Asamblea. Una por equipo. Los Pumas nominaron a sus dos miembros más fuertes para intentar llevarse el triunfo, las comodidades del campamento rico y el cerdo. Los Cóndores se arrugaron y eligieron a Ahinara y Txema para representar sus intereses. El desenlace fue el esperado. El duelo doble consistió en una pelea de arietes para tirar unos troncos situados en una plataforma. Ganaron Josu y Ndiaga, pese a la aparente igualdad durante la primera parte de la prueba.

 

        Los ganadores tuvieron la oportunidad de elegir la pieza a cobrar y Txema fue el elegido. No hay lugar para sentimentalismos en la Patagonia más salvaje.

Ahinara volvió al campamento con la mala noticia de que Txema se ha ido y que vuelve ella, la eterna inmune. Los Pumas recibieron la recompensa a su ambición y la fe en sus propias fuerzas.

        Pero lo peor para los Cóndores no fue perder. Javi recibió la reprimenda de sus capitanas y el donostiarra se revolvió con fuerza y una vehemencia insospechada. La guerra ya no tiene vuelta atrás. O acaban con Javi o lo sufrirán como nunca se ha sufrido en la convivencia en ningún campamento anteriormente. Veremos que pasa, pero el próximo capítulo no dejará impasible a nadie, os lo aseguro.