El escarabajo y el ciempiés: ¿Organizaciones yenka?

Las fábulas, como la ficción, suelen tener un mensaje más real que la vida misma. Una de éstas es la que da nombre a este texto y que recuerdo, de forma resumida, más o menos así

“Le preguntó el escarabajo al ciempiés sobre su caminar tan elegante, sincronizando el movimiento de sus cien patas. El ciempiés se paró a reflexionar y ya nunca más fue capaz de caminar”

El ciempiés de la fábula refleja muy bien el problema de la “parálisis por análisis” o, lo que es lo mismo, lo que en el último taller del consorcio de inteligencia emocional denominamos “organizaciones yenka”. ¡Qué lejos de las organizaciones basadas en personas necesarias en el SXXI!

Organizaciones Yenka, efectivamente. Que –como en el baile- dan tres pasos adelante y tres atrás para permanecer siempre en el mismo sitio. Y si todo se mueve y tú permaneces entre quieto y parado, pierdes posición, das un traspié, trastabillas, te caes. Entidades que pretenden bañarse siempre en los mismos ríos sin percatarse de que sus aguas cambian de chapuzón en chapuzón.

Organizaciones, instituciones, empresas, ONGs, asociaciones –la forma jurídica no es lo relevante- … permanentemente instaladas en la reflexión sobre su futuro, un futuro siempre perfecto porque nunca llega, nunca sucede. Que permanecen a la espera de la ola perfecta para surfear, algo imposible en un mundo que se mueve entre tsunamis y calma chicha.

Entidades instaladas en la duda obsesiva disfrazada de reflexión, amparadas en el temor a cambiar el rumbo. Que siguen buscando su queso en el lugar donde comieron el último pedazo por el vértigo a buscar nuevos caminos, abandonar la calidez de sus despachos con climatizador y todos los servicios.

Organizaciones envueltas en un racionalismo paralizante, que obvian las emociones como parte esencial del proceso lógico. Que intentan aparcarlas en el amplio parking corporativo, inconscientes de lo suicida de su conducta. Entidades que en esta tarea olvidaron que el sueño de la razón produce monstruos

Empresas, instituciones, organizaciones, ONGs . infalibles porque siguen instaladas en la planificación perenne, en el permanente diseño, ya que así nunca incurrirán en los errores del despliegue. ¡no permitas que el territorio te fastidie el mapa!

Entidades onanistas, que nunca se contagiarán de virus alguno porque viven con los sentidos dormidos, instalados en la asepsia, en la endogamia, que sueñan en generar sus propias endorfinas sin buscar, sin explorar, sin riesgos.

Entidades suicidas porque obviar las emociones, renunciar al contagio, refugiarse en el análisis eterno es sucumbir.

¿Usted qué opina al respecto?

Javier Riaño

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  • La reflexión, a veces, además de paralizar los pies para seguir adelante, es capaz de inmovilizar la visión sobre la realidad.
    Posiblemente el único tratamiento a eso es introducirse de nuevo en el día a día y observar la situación. Suele ser la mejor manera para poder reflexionar hacia lo que se quiere conseguir, partiendo de lo que ya estás viendo (hacia atrás, ni para coger impulso).

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Javier Riaño

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