¿De verdad necesitamos un mapa?

Cada vez que preparamos un viaje son muchas las lecturas, recuerdos e influencias que aparecen en nuestro mapa mental y nos ayudan a dar forma al recorrido.

Y por supuesto en el proceso, antes o después llega el mapa. ¿Por qué nos gustan tanto los mapas?

El mapa es una representación siempre incompleta, una convención de códigos y símbolos que de pronto  cobran vida y nos invitan a movernos,  a soñar.  Es una llamada a la acción.

Lo sugerente es lo que los mapas esconden

 Hoja de Ruta, Cuaderno de Bitácora, Carta de Navegación…, el mapa es en sí mismo una metáfora de aventura, uno se siente explorador al enfrentarse a un nuevo mapa. Sea el que representa un país o una ciudad, sea recorriendo los accidentes geográficos o los monumentos señalados, nosotros ya nos hemos puesto en camino y vemos que son muchas las posibilidades e itinerarios.

 Cada mapa nos muestra una forma de mirar y  de entender el mundo. Queremos clasificar, organizar, describir el mundo físico que nos rodea. Y la evolución de los mapas y la cartografía es también la de nuestra propia evolución. Viajeros, curiosos, aventureros y científicos  dibujaban para nosotros los limites del mundo conocido, y nos han dejado mapas de antiguas civilizaciones que son más sugerentes ya que exaltan nuestra imaginación. La representación de lugares exóticos, de tierras lejanas, las anotaciones al margen, la arbitrariedad de las fronteras, topografías, toponimias, muchos significados que aparecen ante nosotros como enigmas, como el laberinto del Minotauro.

 ¿Cuál es el mejor mapa? ¿Siempre necesitamos mapa? ¿Cuál es el nivel de detalle necesario?

Desde Ptolomeo a Google Earth estamos cumpliendo el sueño de nuestros antepasados que erigían monumentos para mostrar el mejor lugar para detenerse. Señalaban el lugar en el que encontrar agua, refugio, cobijo, las bifurcaciones correctas y las peligrosas. Hoy creamos nuestro propio mapa, queremos dejar constancia de aquellos detalles que nos han emocionado, poner fotos, notas, videos que amplíen el espacio físico y que como un gran zoom nos muestren ese pequeño restaurante, aquel bullicioso café, ese sendero donde las hojas y ramas caídas crujen a nuestro paso, ese rincón donde “escuchar el silencio”…

Siempre que nos embarcamos en un nuevo proyecto sentimos la necesidad de un mapa que nos sirva de orientación. De dibujar un itinerario sobre un plano creado por otros, con la escala de otros, con significados y niveles de importancia atribuidos por otros. Necesitamos tener información que nos ayude a llegar a nuestra meta, pequeños montones de piedras, “hitos”, señalan en montaña que vamos por el buen camino. Tenemos la necesidad de hacer nuestro el mapa, de comprobar por nosotros mismos las distancias, los tiempos.  El mapa no contiene los olores  que nos hacen volver sobre nuestros pasos aunque no teníamos previsto comer,  ni ese viento gélido que nos hace ir mucho más rápido. Lo cierto es que en el viaje la escala real, la geografía mental se construye con nuestras elecciones, con las veces en las que nos hemos perdido y aún así hemos encontrado nuestro objetivo, que en muchos casos es mejor que el previsto.

Tener un mapa es sólo el inicio, completar el viaje es el reto.

¿Por qué necesitamos un mapa? ¿Siempre necesitamos mapa?

¿Cuál es el nivel de detalle que necesitas?

Maribel Navascués

Viajo con escalas desde la Comunicación y el Marketing al mundo de la Calidad, la Innovación, la Gestión del Desconocimiento y la Inteligencia Emocional. Sentí la necesidad de hacer un Master en Marketing, aunque no era suficiente, Facilitadora de Innovación y RSE, evaluadora de Calidad para Euskalit, son algunos de mis hitos. Crear una comunidad de aprendizaje para empresas de I+D junto a Juan José Goñi es del que me siento más satisfecha. Alterno formación, consultoría, aprendizaje con todo lo que traigo de mis viajes, quiero conectar personas, empresas, islas, proyectos. ¿Cuál será mi siguiente destino?

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  • Precioso post. Como bien dices, los mapas nos animan a andar y durante el viaje se van transformando, evolucionando, y con nuevos ojos reinterpretamos coordenadas, topografías...

    • Gracias Adriana, creo que son muchas las ideas flotantes que acompañaban a este post.
      Me gustan los mapas, me emociona la búsqueda, las relaciones mostradas..
      Estaré en breve con el autor de un mapa de la Innovación, idea que da origen a la novela "La Aventura de Diana", Nacho Villoch y me interesa toda la narrativa que se está creando gracias al uso de redes sociales, el mapeo colaborativo, lo que sucede en los márgenes, las fronteras, los limites… Algunos hablan ya de Neocartografias!
      Un abrazo ;-))

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Maribel Navascués

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