Cabeza de ratón, cola de león… ¿Soy o estoy?

Hace unas semanas, en una charla de amigos, uno de ellos me hizo una pregunta:
-¿Y tú qué eres, “cabeza de ratón o cola de león”?…
El planteamiento que hacía era un poco pesimista, él veía que las circunstancias de la vida lo estaban obligando a ser cola de león… y la verdad, no parecía agradarle mucho.
En ese momento, mi respuesta fue:
-Puedes ser una u otra cosa, dependiendo del momento y de las circunstancias. De todos modos, en cualquiera de los dos casos siempre hay posibilidades de aprender.
No seguimos hablando sobre el tema, pero la idea ha continuado dando vueltas en mi cabeza desde entonces…

“Más vale ser cabeza de ratón que cola de león “, siempre me ha parecido un refrán interesante que presta a la reflexión. Sin embargo, creo que es un poco limitante pensar que puedes ser líder o seguidor, que no existen matices o cambios…

Entonces surge una nueva inquietud, ¿y si cambiáramos el ser por el estar? Si la pregunta inicial fuera, ¿y tú donde estás, en la cabeza del ratón o la cola del león?

Estar en la cabeza del ratón me da la posibilidad de decidir a dónde voy, con todo lo que ello implica (…y de repente me viene a la cabeza una escena de la película Ratatoiulle, donde Rémy dirige al cocinero como si fuera una marioneta).

Por otra parte, estar en la cola del león me da la posibilidad de observar y descubrir desde otra perspectiva. Dejarme llevar y estar abierto a lo que pueda aprender me permite crecer y poder sacar el mejor provecho a la situación, aunque quizás no me guste mucho la idea.

También es posible encontrar más opciones
¿Y si pudiéramos cambiar de un sitio a otro?
¿Y si estar en la cola del león me permitiera dar el salto hacia la cabeza del ratón?
¿Y si en vez de saltar, camino hacia adelante, me adentro entre su lomo y llego hasta la frondosa cabellera del león?
¿Y si finalmente, ese ratón termina transformándose en un león?

La vida es una y hay que aprovechar cada momento y circunstancia que se presenta… para crecer, aprender, ser feliz. Siendo conscientes del lugar en el que estamos, pero siendo capaces de detectar las oportunidades que se nos plantean a nuestro paso.

En definitiva, nuestro saber estar, nuestra actitud ante las situaciones que la vida nos plantee será aquello que marque lo mucho que valemos y que podemos valer. Así lo cuenta Viktor Küppers en este video:

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 ¿Y tú, dónde estás hoy? ¿Cómo estás? ¿Cuál es tu actitud?

Adriana Gabriela Racca

Creo en la cooperación, en el poder de las emociones, tengo una visión optimista del mundo (y creo que somos muchos los que pensamos así). Creo también que desde las experiencias, las historias y el juego se puede lograr un mayor impacto. Mediante la generación de ideas que accionan desde el co-razón facilito procesos de desarrollo de personas, equipos y organizaciones.

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