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Y ALLÍ, ¿CUÁNDO ANIDA EL PETIRROJO?

Cuando una canción te llega, te remueve por dentro y hace brotar un volcán de emociones y sentimientos que desconocías anidar, en ese momento -amiga, amigo- no hay espacio para géneros ni estilos musicales. No hay etiquetas que valgan. Sólo sentir. Sólo dejarse llevar. Esta mezcla de arias y emociones me gustaría traer hoy aquí a este blog con Madame Butterfly de Giacomo Puccini.

Escuchar ópera -aprender- requiere esfuerzo, tiempo y dedicación. Y a mi mentora, además, altas dosis de paciencia. Al escuchar “Un vel di vedremo” sé que ha merecido la pena. Hace unas semanas lo comprobé en el Social Antzokia de Basauri. Escucha esta versión de Maria Callas y entenderás por qué lo digo https://youtu.be/c-r2vu4t9-g

Situémonos. Albores del S. XX. Nagasaki. Japón. Pinkerton, oficial americano de marina, se casa bajo el rito japonés con Cio Cio San, geisha de 15 años mediante un casamentero. Románticamente enamorada. Obligada a renegar de sus dioses. Cruelmente repudiada por su familia. Sola …

Desconsolada -en el segundo acto- espera con su hijo el regreso de su amado. Aún no sabe que -en este periodo de 3 años en América- él se ha casado “de verdad”.

Amanece en el tercer acto. Butterfly ha pasado la noche en vela expectante, esperando. La nave de Pinkerton arriba al puerto. Júbilo. Ella se engalana para recibirlo, pero él no llega. Espera y desespera. Pinkerton no ha venido para quedarse; ha vuelto para para llevarse al niño de ambos a su país. Traición.

Sobrecogida y digna, Butterfly consiente en entregar el niño con una sola condición: que sea él quien venga en persona a recogerlo. Engañada, defraudada, en un acto de infinita tristeza, se despide de su hijo y muere clavándose un cuchillo. El mismo con el que se suicidó su padre. Mientras -a lo lejos-escucha la voz de Pinkerton llamándola.

Una relación en la que cobra sentido toda la paleta de sinónimos y matices conocidos de subordinación: sometimiento, supeditación, acatamiento, dependencia, sujeción, sumisión, obediencia, vasallaje, esclavitud, claudicación, pleitesía. Sumisión de género, y de edad. Sumisión cultural y económica. Brechas, desconexión.

En uno de susmomentos cumbre, Butterfly dice a su doncella Suzuki:

… SUZUKI (poco convencida) Pero nunca se ha oído decir que un marido extranjero haya vuelto a su nido.

 BUTTERFLY (Indignada, coge a Suzuki) ¡Ah, cállate o te mato! Aquella última mañana le pregunté: “¿Regresaréis, señor?”  Y él, con el corazón dolorido, para ocultarme su pena respondió sonriendo: “Oh, Butterfly, pequeña mujercita, volveré con las rosas en la estación serena en la que los petirrojos hacen sus nidos. Volverá.

Instantes después, Butterfly interpreta “Un vel di vedremo” Lágrimas. Tristeza. W. James viene a mi rescate ¿Lloro por tristeza o estoy triste porque lloro? Pavlov, sugiere: Puro Condicionamiento Clásico.

No lo sé. Me parece demasiado simple para abarcar tantas emociones. Tantas como habitan donde anida eternamente el petirrojo.

Javier Riaño

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  • Has conseguido transmitirme todos esas emociones y darles un toque de belleza.... Gracias

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Javier Riaño

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