No es solo cuestión de cinco

En poco más de un mes, y en dos ocasiones distintas, podremos ejercer nuestro derecho a elegir a quienes nos representarán en las instituciones políticas, primero las estatales y, posteriormente, las europeas, municipales y autonómicas o forales – según los territorios.

Para las elecciones generales – de ámbito estatal -, tras examinar que se han cumplido los requisitos formales y que los partidos extraparlamentarios han presentado los avales necesarios, las juntas electorales han proclamado un total de 1.174 listas: 579 candidaturas al Congreso y 595 al Senado (B.O.E. Nº 79 de 02/04/2019). (Ver más en 20 minutos Las juntas electorales proclaman 1.174 listas al Congreso y al Senado y anulan 48).

En Euskadi se presentan trece partidos, de los que once lo hacen en los tres territorios históricos y de los dos restantes, uno lo hace en Bizkaia y el otro en Gipuzkoa, respectivamente.

Extrapolando al ámbito estatal, podríamos decir que cinco son los partidos que se presentan en todas las circunscripciones, esto es, un total aproximado de 260 listas (50 provincias más Ceuta y Melilla). 260 de las 579 presentadas para el Congreso de los Diputados.

No debemos menospreciar que según los datos que ofrece el CIS, un buen número de españoles, más del 15% en el último barómetro, considera que los políticos en general, los partidos y la política son el principal problema que existe actualmente en España. (Astrid Barrio, Listas electorales, sociedad y partidos). Cabe matizar, sin embargo, que esta apreciación pudiera referirse a los partidos con mayor repercusión mediática, es decir, aquellos que podríamos encuadrar en esos cinco de ámbito nacional, más alguno de ámbito autonómico o local, pero deja fuera a muchos otros que nunca han podido demostrar – por falta de representación – si podrían haberlo hecho mejor que aquellos.

El tedio que provoca la política en nuestra sociedad beneficia a los partidos más poderosos y juega en contra de la propia ciudadanía que lo padece. ¿Podría ser una trampa perfectamente orquestada?

En cuanto a si emito mi voto en blanco, nulo o practico la abstención, recomiendo la lectura del siguiente enlace: Voto en blanco, nulo y abstención, ¿a quién beneficia cada uno?

Votar es un derecho y, como todo derecho, presupone un deber, una obligación cívica.

De forma gráfica, enlazo aquí un ilustrativo vídeo titulado Votar no vale huevo https://youtu.be/mO51n2Ha6fc

 

Juan Carlos Duque Ametxazurra

Dreamer and believer... Trabajo en Deusto Alumni, Universidad de Deusto. Responsable de la revista digital Deusto Alumni Time. Colaborador en Herri Irratia y coautor la revista Ciudad Nueva y en el Blog de Inteligencia Emocional de EiTB.

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Juan Carlos Duque Ametxazurra

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