Si pudieras volver el tiempo atrás…

Hace unos días escuchaba, después de mucho tiempo de no hacerlo, el tema Sueños de Diego Torres, cantautor y actor argentino, muy conocido, además, por Color esperanza. El vídeo comienza con una pregunta, que más de una vez me he hecho… Si pudieras volver el tiempo atrás ¿harías lo mismo?

Hacerse esa pregunta es una gran tentación porque encierra la ilusión de que cambiando una sola decisión cambiaríamos completamente el rumbo de nuestra vida… ¡Como si existieran máquinas del tiempo que nos permitieran volver a ese punto y ya todo sería perfecto! Ciertamente, hay momentos en los que tomamos decisiones de gran trascendencia o que pueden tener unas consecuencias muy relevantes. Hay elecciones que cruzan líneas de no retorno (como, por ejemplo, matar a una persona), pero cada acto y cada decisión nos marcan y nos modelan.

En clase de Ética, me gusta insistir en la relación entre actos, actitudes y carácter. Ninguna persona nace distinguiendo el bien del mal. Es algo que vamos aprendiendo por lo que nos enseñan nuestras personas de referencia y lo que vamos experimentando en carne propia. Desde el punto de vista de la ética, cada acto es importante y puede ser bueno o malo. Más importantes son las actitudes, que son predisposiciones que vamos desarrollando por la repetición de actos. Y lo verdaderamente significativo es cómo es nuestro carácter, esa segunda naturaleza, ese modo de ser adquirido que vamos construyendo con nuestras elecciones y que puede tender hacia el bien o hacia el mal.

Para mí, quizá sea por mi momento vital, el sueño más destacado es aquel en el que visualizo a la persona que quiero ser, que muestra la imagen con la que quiero que me recuerden quienes me hayan conocido. Me mueve más la pregunta: ¿Es así como quieres que te recuerden? ¿Esto te acerca a la persona que quieres ser? No se trata tanto de pensar cómo hubiera sido mi vida de haber elegido otros caminos, sino de ver cómo recorro el camino que me queda partiendo del lugar en el que estoy y teniendo siempre presente cuál es el ideal de persona al que quiero acercarme.

Me quedo con los versos finales de la canción…

Deja que tus sueños sean olas que se van

Libres como el viento en mitad del mar

Creo que la vida es un tesoro sin igual

De los buenos tiempos siempre quiero más

Deja que tus sueños sean olas que se van

Creo que la vida es un tesoro sin igual

Me dejo llevar.

 

 

 

Arantza Echaniz Barrondo

Nací en Bilbao el 7 de julio de 1968. Madre de dos bendiciones: Xabier (1998) y Ander (2000). Doctora en empresariales por la ESTE. Orgullosamente profesora de ética de la Universidad de Deusto. Enamorada de la vida y de mi profesión. Amiga de mis amigos. Comprometida con hacer del mundo un lugar mejor. Firme convencida de que “Querer es poder… Creer es crear”. Una de mis mayores aficiones es ‘bloggera’ (http://echanizbarrondo.blogspot.com.es/).

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