Hablar de mujeres, es una de las cosas que me atraen. Y contar “cosas†que hacemos las mujeres. No dejo de asombrarme cada dÃa al ir conociendo historias nuevas. Y en cada historia comprobar que lo femenino, siempre va acompañado de la fuerza. Una fuerza que se mimetiza y esconde. Escapando de la fuerza evidente, la fÃsica, las mujeres dejamos que como un camaleón esta “¿energÃa?†se manifieste de las maneras más insospechadas.
Fuerza detrás de un proceso creativo. Fuerza en la soledad interior. Fuerza para lograr un objetivo sin que nadie lo sepa más que nosotras mismas.
Y Hu Ming, es una más de nosotras. Nacida en China en 1955 en una familia de médicos,  manifestó esta “fuerza femenina†a través de la pintura.
Eran los tiempos del “Pensamiento de Mao Zedongâ€, como el mismo lo llamaba. No se utilizaba en la propia China el término maoÃsmo para identificar este movimiento. Fuera de sus fronteras, y sobre todo en la década de los 60, el término maoÃsta era utilizado para identificar a las personas y partidos que seguÃan las ideas de Mao, pero como un comunismo distinto a al de la URSS. (Término por cierto utilizado despectivamente)
Sus padres trabajan como médicos en el ejército, y pretendÃan que su hija también lo hiciera. Pero no era su intención
ser médica, pero si entrar en el ejercito. AllÃ, mostró durante la secundaria su especial inclinación hacia los dibujos. Era tal su arte, que le encargaron un retrato de Mao Zedong. Y si bien esto en otra circunstancia histórica hubiera sido un halago, en aquel momento fue motivo de preocupación. ¿Y si quedaba mal? ¿TerminarÃan todos en la cárcel si el retrato no era de agrado del gobierno? Tiempos para Hu Ming de pintura, pero de pintura con directrices ideológicas.
Era tal la preocupación de su madre, que le hacÃa practicar una y otra vez hasta hacerlo bien. AsÃ, su adolescencia, pasó entre lápices para dibujar y el famoso “Libro Rojoâ€, que leÃa no por elección sino por obligación. Sus horas pasaron haciendo retratos de Mao en actitudes heroicas y patrióticas, ganándose asà un lugar con algunas gotas de privilegio. Era 1970 cuando Hu Ming pasa a ser soldado, y también dibujante para el régimen, colaborando  con el diseño de los carteles de propaganda del mismo. Sus dibujos serÃan celosamente observados, pues debÃan transmitir claramente el mensaje de Mao. Hombres y mujeres debÃan ser representados en el mismo nivel. Tiempos en que los chinos eran números, cifras, ¿robots? ¿héroes de la industria?
Las anéctodas de aquellos tiempos, nos muestran a una niña mujer distraÃda, que cometÃa errores que le llevaban a llamadas de atención por parte de sus superiores. Un dÃa, por error, puso la megafonÃa correspondiente a “ir al combate†en lugar de la de “levantarse para iniciar el dÃaâ€, y todo el campamento despertó aquella mañana preparándose para la guerra por un supuesto ataque. Ignorante del error que habÃa cometido, volvió otra vez a entregarse al sueño, encontrándola dormida cuando sus superiores vinieron a llamarle la atención
Al leer sobre su historia, encontré más de una anécdota en la cual se queda dormida. ¿EscaparÃa de la realidad soñando sus cuadros de mujeres? HabÃa algo en ella que le habÃa hecho perder el miedo que otras si conservaba, pues hasta se quedaba dormida leyendo el “Libro Rojo†(libro que estaban obligados a leer diariamente de 7.30 a 8.30). Y estas “siestas†llegaron a oÃdos de su comandante. Su fortaleza de carácter, se vislumbraba en sus respuestas.

“Porque te duermes leyendo el Libro Rojo?†, le preguntaban. ¡Porque me aburre!â€
Cuando leo su historia, me da vuelta la idea por la jaula de pájaros, de que en la vida hay un orden transparente, que está allÃ, y nosotros ni lo vemos. Y ese orden va como llevándonos a distintos lugares en la medida que tengamos una mÃnima cuota de osadÃa. (Bendita ignorancia por cierto pues a mi no me gustarÃa nada saber todo de todo) . Y sino, lee lo que te cuento.
Otra de las funciones que tuvo dentro del ejército, fue en la biblioteca. A pesar de que se le advirtió  que no leyera los libros prohibidos que estaban en el catálogo clasificados como obscenos, su curiosidad pudo más. Se encontró con un volumen de desnudos de Miguel Ãngel…(.¡que si que Miguel Ãngel era considerado obsceno!) y un mundo de imágenes se abrió ante si.
A escondidas, en secreto, se llevó el libro. Lo guardaba celosamente bajo su almohada envuelto en su ropa interior, pensando que de esta manera, nadie lo tocarÃa. Cuadros, lÃneas, bocetos de un genio que le impactaron de forma tal que ella también empezó a dibujar cuerpos desnudos. Pero su secreto no fue eterno. Y descubierta por sus superiores, perdió la posibilidad de nutrirse con las imágenes de Miguel Angel.
Su paso por el ejército, le dio distintas posibilidades para seguir conociendo al cuerpo humano. Trabajó como enfermera en un depósito de cadáveres y también en la unidad de grandes quemados, lugares por cierto bastantes distintos a la renacentista Florencia de Miguel Ãngel pero que igualmente estimularon su espÃritu ávido de expresarse. Un espÃritu que se plasmó en pinturas llenas de sensualidad y erotismo con un mensaje especial: aquÃ, en medio de la Revolución Cultural está la mujer.
Mujeres desnudas… mujeres con trajes del ejercito chino que gracias a las “veladuras†dejaban ver descaradamente los cuerpos turgentes. Algunas con actitud displicente, otras con miradas sensuales, otras sosteniendo el “Libro rojo†como si tuvieran en sus manos un TBO. Mujeres representando a los trabajadores del campo…mujeres viriles de muslos y brazos fuertes torneados por el trabajo fÃsico… Mujeres con caderas anchas representando la fertilidad…Toda la belleza del cuerpo femenino y de distintos estados de ánimo expresada con su pincel.
Y estas mujeres fuertes, viriles, con aires de indiferencia no son del agrado del ejército.
En su serie de pinturas al óleo, se observa tanto la influencia de distintas corrientes europeas, como también el estilo chino tradicional “Gong Bi†(Gong: meticuloso, delicado. Bi: generalmente indica herramientas para escribir, teniendo también el significado de escribir.) Esta técnica tradicional, busca la delicadeza y la precisión de los detalles, necesitándose una buena técnica y mucha paciencia.
La técnica Bi Gong busca la delicadeza, la precisión de los detalles. Se necesita una buena técnica y mucha paciencia. AquÃ, los detalles son los protagonistas. El Bi Gong, aparece en los primeros cuadros budistas en las cuevas de Dunhuang y se perpetua como escuela de pintura tradicional china. Hu Ming estudió este estilo en la Academia de Arte de Taianjin, siendo su primera gran obra “Heavenly Pool Borrowsâ€. Pero no solo aprendió de la Academia. También sus viajes nutrieron su inquieto espÃritu, viajando a regiones remotas, conviviendo con campesinos, y hasta pasando por las Cuevas de Dunhuang. Cuevas en la que pasó seis meses copiando murales budistas.
Seguramente, los genes de su abuelo estaban revoloteando en su interior, ya que el habÃa sido un artista popular que se encargaba de tallas de imágenes budistas tanto en templos como en monasterios.
Era 1983 cuando se gradúa. Luego de 20 años de servicio, vuelve a la vida civil.
¿Habrán permitido que Hu Ming creciera (con unas cuantas limitaciones en lo que podÃa dibujar) para que fuera un ejemplo del deseo de Mao de que “despertaran las masas de mujeres para participar en la actividad productiva? ¿O Hu Ming habrá con astucia aprovechado su paso por el ejército? Relación de conveniencia?
La historia de Hu Ming, es a mi modo de ver una respuesta a modo de bofetaso al antiguo texto confuciano de la dinastÃa Song que decÃa: “Da educación a una mujer y todo lo que obtendrás de ella es aburrimiento y quejasâ€.
La mujer en china ha sido ama de casa, mujeres de sacrificio, obediencia ciega, trabajo, circunstancias que a muchas mujeres famosas les llevaron al suicidio para no perder su honor o para salvar a sus maridos. Valores tradicionales chinos que se vieron trastocados por la revolución de Mao ya que uno de sus objetivos era subyugar a la mujer. La mujer tendrÃa un nuevo papel. PodÃa trabajar tanto como el hombre mientras nunca dejaba de sonreÃr.
Hoy por hoy, Hu Ming parece vengarse a través de sus dibujos de aquellos tiempos de “arte condicionado por la idiologÃaâ€. Sus pinturas representan a una mujer distinta. Mujeres atractivas que tienen  bajo sus ropas, cuerpos que habÃan estado ocultos por tanto puritanismo. Plasma en su arte imágenes del pasado imperial, de budistas y taoistas como asà también el arte de la era moderna. El Ejercito popular de la liberación, la muerte de Mao, la salvaje represión de la Plaza de Tiananmen, son circunstancias y vivencias de Hu Ming que seguramente fueron dejando su marca llevándola a decidir emigrar. (¿le habrá impactado luego de emigrar el observar la ignorancia masiva del resto del mundo que tenÃan la población? ¿como habrá tamizado lo que se le dijo de lo que estaba afuera y lo que ella realmente encontró?)
Cuando miro sus cuadros, parece que me dijeran: el cuerpo y la sexualidad pueden ser tapados con un uniforme. Pueden intentar hacernos a todos iguales, pero dentro hay algo que no se puede domesticar. Seguiré escribiendo en otro post.
FUENTES
Wikipedia
http://translate.google.es/translate?hl=es&sl=en&u=http://ilearn-culture.com/chinese-artist-behind-sexy-military-women-painting-hu-ming/&ei=6qzCTIXqKKGN4ga6xpy5Aw&sa=X&oi=translate&ct=result&resnum=17&ved=0CFEQ7gEwEA&prev=/search%3Fq%3Dhu%2Bming%26hl%3Des%26client%3Dfirefox-a%26hs%3DbcG%26rls%3Dorg.mozilla:es-ES:official%26prmd%3Di