La asociación Avafurceg denuncia

Me llega esta noticia y me siento indignada y pensando en qué momento terminaremos con cuestiones como esta.  “Aseguran que si omiten lo que saben -que podría ser constitutivo de un delito- podrían “incurrir en un procedimiento judicial”. Por ello, el pasado miércoles, la Asociación Valenciana de Familiares de Usuarios-Residentes de Centros Geriátricos (Avafurceg) se personó en el juzgado de guardia para denunciar los presuntos malos tratos que un trabajador realizó en un residencia de Valencia, en la que lleva trabajando 25 años.

La asociación se hace eco de la denuncia de una empleada que da fechas, horas y detalles exactos sobre la supuesta agresión que sufrió uno de los residentes de manos de un empleado del geriátrico. La denuncia afirma que la dirección del centro no ha expedientado al empleado ni ha adoptado medida alguna al respecto, a pesar de ser conocedora de los hechos, incluidos los partes médicos del servicio de Urgencias.

Los hechos ocurrieron en septiembre, durante el turno de noche. La empleada relata en la acusación que, a las 5 de la mañana el denunciado -al que ella llama ‘trabajador’- le pide que suba a la segunda planta porque un anciano -al que la mujer llama ‘víctima’- “se ha mordido y tiene sangre porque, además, se ha dado un golpe con la barandilla. Yo he subido a cambiar al compañero y me lo he encontrado así”. La denunciante afirma que el anciano tenía dos hemorragias -en el labio y en el pómulo- pero que no había restos de sangre en la barandilla. Y cuando le preguntan al residente, éste es claro como el agua: “Me ha pegado el gordo de las gafas”.
La denunciante avisó a la supervisora y al médico de la residencia que, al ver la hemorragia activa en dos lados distintos de la cara -además de un daño ocular y un posible traumatismo craneoencefálico-, llamó a una ambulancia y lo mandó al hospital, desde donde confirmaron que el anciano “había sufrido una agresión”, tras llamar por teléfono a la residencia para pedir explicaciones y rellenar el informe. Si la familia ha denunciado o no al centro geriátrico, Avafurceg lo desconoce.
La empleada que presenció los hechos, afirma en la denuncia que, el día después del incidente, la supervisora le aseguró que “no se va a adoptar ninguna medida contra ‘trabajador’ porque en el estado de demencia en el que está la víctima no se le puede creer. Es su palabra contra la tuya”.

Con una supuesta agresión clara encima de la mesa, las propias empleadas del centro realizaron una lista de personas y habitaciones que rechazan ser atendidas por el trabajador en cuestión (un total de 15), lo que, para más “inri” es una carga para el resto del equipo ya que deben duplicar sus esfuerzos. “Se le entrega la lista a la directora y se le comunica que ‘trabajador’ trata mal a los ancianos, humillándolos y maltratándolos psicológicamente. Es muy rudo con ellos en los cambios posturales -llegando, incluso, a hacerles hematomas-, les lava los genitales con colonia, les desconecta los timbres para que no llamen por la noche y algunas residentes nos han dicho, en más de una ocasión, que ha habido tocamientos”, afirma la denunciante en el escrito presentado en el juzgado. por Avafurceg.
El texto afirma que la directora, tras conocer la denuncia de sus empleadas, no ha movido ficha. Por ello, una trabajadora ha decidido hacerlo, aunque desde el más absoluto anonimato. Por ello, su voz pública es Avafurceg, una asociación creada en mayo de 2010 para denunciar las “graves negligencias” que se cometen en algunas residencias, con la firme intención de que “si los vigilamos y denunciamos, la cosa cambiará. Los trabajadores no deben tener miedo porque somos nosotros los que damos la cara”.

En fin… una vergüenza.

Mentxu

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