Según la opinión de la nutricionista Gabriela Uriarte, donde más visible se hace la diferencia entre producción ecológica o convencional es en los productos animales. En esta ocasión, Gabriela nos quiere hablar de la carne ecológica.
La carne ecológica o de pequeñas explotaciones proviene de animales que se han criado en condiciones naturales, al aire libre, en libertad, usando pastos de calidad… y eso se nota.
Además, su sabor es más intenso, tiene mejor color, más firmeza en la textura y menor contenido graso que aquella que es producida bajo métodos convencionales. Está claro que es más cara, pero su consumo es bueno para nuestra salud y para la salud de nuestro planeta.
Son muchas las razones por las cuales debemos incluir carne ecológica: las carnes procedentes de la ganadería ecológica son alimentos que contribuyen a la preservación del planeta, ya que su forma de crianza es la más respetable para el medio ambiente, si la comparamos con las técnicas de crianza de la ganadería convencional. Además, son carnes con todas sus propiedades y sabor propio aportado por los pastos que han servido de alimento durante la crianza del animal.
Las carnes ecológicas están exentas de hormonas, no presentan residuo ninguno de pesticidas o de fertilizantes químicos. De ahí que mantenga su sabor y propiedades intactas. La carne ecológica es una fuente excepcional de proteínas de alto valor biológico hierro y zinc.
La recomendación de Gabriela: a la plancha picada con más verduritas es una fantástica forma de consumirla.