El nivel educativo del entorno social condiciona las decisiones reproductivas

El factor determinante del descenso de la fecundidad que caracteriza las transiciones demográficas que están teniendo lugar en el Mundo es el nivel educativo de las mujeres. Pero es posible que más importante que el nivel de cada mujer a título individual, sea el de la comunidad a la que pertenece o el de la red social de amigos y vecinos con quienes se relaciona.

Esa es la conclusión más importante que se ha obtenido en un estudio reciente, realizado en una zona de Polonia en plena transición demográfica. En ese trabajo se ha observado que es, de hecho, el nivel educativo comunitario el que ejerce un efecto más intenso sobre la reducción de la fecundidad y, por lo tanto, sobre la velocidad a la que se produce esa transición.

Familia

El estudio se ha realizado en un área de Polonia en la que se han seleccionado al azar 22 comunidades (21 pueblos y una ciudad). Es una zona rural en la que muchas familias viven aún de la agricultura de subsistencia (dos terceras partes de las encuestadas en este estudio), aunque se están incorporando otras actividades económicas más propias de la sociedad de comercio y servicios característica de la mayor parte de Europa. Las comunidades ocupan un área de 30 km2, que es homogénea étnica, religiosa y lingüísticamente.

Fecundidad media de las diferentes comunidades estudiadas. Las líneas de puntos y de trazo discontinuo representan la fecundidad media del país, y la de la cohorte de 1949, respectivamente.

Fecundidad media de las diferentes comunidades estudiadas. Las líneas de puntos y de trazo discontinuo representan la fecundidad media de la cohorte de 1949, y la del país, respectivamente.

En el estudio se han encuestado 1995 mujeres. La fecundidad media es alta (3,81 hijos por mujer) aunque muy variable entre localidades (valores medios que van de 3,03 a 4,75). En el año en que se obtuvieron los datos, la fecundidad media de las mujeres polacas había sido de 1,38 hijos por mujer y la de las mujeres nacidas en 1949 (cohorte más relevante a los efectos de este estudio), de 2,16. En el estudio se tuvieron también en cuenta factores poblacionales, sociales y económicos.

En general -y como se esperaba- hay una relación inversa entre fecundidad y nivel educativo individual (el de cada mujer), aunque esa relación varía entre comunidades y no en todas ellas es significativa –esto, por cierto, no se esperaba-. Además de los factores individuales, el nivel educativo medio de la comunidad también afecta a la fecundidad, y lo hace, de hecho, en mayor medida que el nivel educativo individual. Así, el efecto de la educación comunitaria es 1,3 veces más intenso que el de la educación individual. Las mujeres que viven en comunidades con el nivel educativo más alto tienen 1,64 (0,33) hijos en promedio, mientras que las que viven en las comunidades con menor nivel educativo global, tienen 3,25 (0,22) hijos. [El valor entre paréntesis es el error estándar]. En las comunidades de más alto nivel educativo el tamaño familiar no sólo es menor, sino que, además, es más homogéneo. Seguramente esa mayor homogeneidad obedece al hecho de que las menores fecundidades medias son el resultado de la convergencia de las diferentes fecundidades individuales –inicialmente heterogéneas y, en promedio, altas- hacia valores bajos que, por serlo, son muy próximos entre sí.

La fecundidad media (a) y su varianza se relacionan con el nivel educativo de la comunidad. No hay relación entre las varianzas de la educación y de la fecundidad (c). En a y en b, cada intervalo en el eje de las x representa 1 desviación estándar en el nivel educativo medio.

La fecundidad media (a) y su varianza se relacionan con el nivel educativo de la comunidad. No hay relación entre las varianzas de la educación y de la fecundidad (c). En a y en b, cada intervalo en el eje de las x representa 1 desviación estándar en el nivel educativo medio.

Según los autores del trabajo, la transmisión social de elementos culturales está en la base de las diferencias observadas entre unas comunidades y otras. En ese sentido, resulta muy interesante constatar que las mujeres menos educadas que viven en comunidades en las que hay una mayor proporción de mujeres con educación superior tienen menos hijos que las que viven en comunidades con menor proporción de mujeres de ese alto nivel formativo. Por ello, lo más probable es que las mujeres menos educadas hayan modificado su comportamiento reproductivo por efecto de lo que hacen las mujeres de su entorno. En otras palabras, sólo por el hecho de vivir en comunidades con más proporción de mujeres de alto nivel educativo –y, por ello, con menos hijos- las de menor nivel reducen también su fecundidad.

La transmisión social se produce a través de las relaciones con el entorno de amigos y vecinos. En este trabajo se ha observado que el nivel educativo de la comunidad determina el de las redes sociales que hay en esa comunidad. Por esa razón, con independencia del nivel educativo de cada persona, los miembros de su red de relaciones sociales tienen un mayor nivel formativo cuando el nivel de la comunidad es alto. En definitiva, el vivir en una comunidad de nivel educativo más alto puede influir en las características de las personas con las que la mujer interacciona y, por lo tanto, en el tipo de información que recibe a través de esas interacciones.

Efectos del nivel educativo de la comunidad sobre las mujeres de menor nivel formativo. a) En la mujeres de menor nivel educativo, la fecundidad es menor cuando la proporción de mujeres con educación superior es mayor. b) Las mujeres de menor nivel formativo, cuando viven en comunidades de más alto nivel, tienen más amigos y conocidos mejor educados en su entorno social.

Efectos del nivel educativo de la comunidad sobre las mujeres de menor nivel formativo. a) En la mujeres de menor nivel educativo, la fecundidad es menor cuando la proporción de mujeres con educación superior es mayor. b) Las mujeres de menor nivel formativo, cuando viven en comunidades de más alto nivel, tienen más amigos y conocidos mejor educados en su entorno social.

Una persona que forma parte de un grupo más educado se ve expuesta a una mayor variedad de modelos de aprendizaje social, así como a un mayor número de individuos con un comportamiento de baja fecundidad. Al elevarse el nivel educativo de un grupo, puede modificarse tanto el contenido como la estructura de las interacciones sociales en el seno de ese grupo y, en el caso que nos ocupa, ello conduce a altas tasas de transmisión social y, por ende, a una más rápida extensión de normas culturales que propician la reducción de la fecundidad. Una vez se alcanza una masa crítica de mujeres de alto nivel formativo, la transmisión social de las muy educadas a las poco educadas acelera el ritmo del declive de la fecundidad.

El mecanismo que provoca el efecto en cuestión parece ser la mayor frecuencia de interacciones con mujeres más educadas. Las mujeres de menor nivel educativo que viven en comunidades de alto nivel es más probable que interaccionen con vecinas y amigas de nivel formativo superior al de ellas y observen su comportamiento reproductivo. De esa forma, pueden modificarse las expectativas de las mujeres menos educadas acerca del comportamiento más apropiado en su comunidad, lo que a la vez legitima y facilita su propio cambio de comportamiento reproductivo. De esa forma se acelera el declive de la fecundidad y surgen así importantes diferencias entre unas comunidades y otras.

Parents and daughter (8-10) holding hands on balcony, rear view

No se trata de que no sea importante en este contexto la toma decisiones por parte de individuos que actúan racionalmente, o que la transmisión cultural sea el único mecanismo relevante. En absoluto. Pero es necesario que, junto con las decisiones individuales que optimizan la relación entre el beneficio y los costes de diferentes opciones de fecundidad, se considere también la información relativa a la dinámica cultural en el seno del grupo. Las percepciones que influyen en esa toma “racional” de decisiones vienen determinadas por la dinámica cultural de la comunidad, y eso tiene importantes implicaciones.

Estos resultados muestran que a la hora de valorar la transición demográfica no sólo hay que tener en cuenta las características individuales de las personas, sino que hay que considerar también las comunitarias pues, de lo contrario, es fácil minusvalorar el papel que juega la transmisión cultural en la reducción de la fecundidad. Lo importante no es si el factor que inicia la transición es la percepción de que la crianza de lo hijos es más o menos costosa. Lo importante es que la transmisión cultural extiende rápidamente las normas de baja fecundidad. En el momento en que unos pocos individuos deciden invertir en educación, dada la relación entre nivel educativo y fecundidad, se desencadenará ese proceso de transmisión cultural que conduce al descenso de la fecundidad.

Nota: En “Las raíces culturales de la transición demográfica” desarrollo más extensamente los mecanismos de transmisión cultural que operan la transición demográfica.

Fuente: H. Colleran, G. Jasienska, I. Nenko, A. Galbarczyk y R. Mace (2014): “Community-level education accelerates the cultural evolution of fertility decline.” Proc. R. Soc. B 281: 20132732.

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