No duermas, hay serpientes

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Ese es el título de un libro del lingüista Daniel L. Everett en el que ha contado sus experiencias y lo que ha aprendido tras varias décadas viviendo con pirahas, uno de los grupos humanos de la Amazonia brasileña. Viven en la cuenca del río Maici, afluente del Marmelos, éste a su vez del Madeira y éste del Amazonas. El Maici está en el centro de la Amazonia en una de las zonas de más difícil acceso.

Cuando D L Everett viajó con su familia hasta esa zona tan remota, lo hizo con la intención de aprender el idioma de los piraha, una lengua que se había resistido a otras personas que habían intentado aprenderla antes que él. Everett era misionero y lingüista, y su intención era traducir el Evangelio a esa lengua para después poder llevar a los piraha sus creencias y atraerlos a su fe.

En el libro cuenta cómo es la zona, los peligros que acechan a sus pobladores: abundan los animales venenosos, como muchos anfibios o reptiles, y también grandes depredadores, como panteras o anacondas[1]. También son endémicas peligrosas enfermedades, como la leshmaniasis o la malaria. En el libro cuenta un dramático episodio que vivó su familia poco tiempo después de llegar al poblado y del que, a causa de la malaria, su mujer estuvo muy cerca de perder la vida.

Pero de la narración de Everett lo que más me ha interesado ha sido lo que cuenta en relación con la cultura y la lengua de los pirahas. Lo que más me llamó la atención al principio fue que no cuentan, carecen de números y son incapaces de aprenderlos y de aprender las operaciones aritméticas más básicas, incluso dedicándose a la tarea largo tiempo y con gran interés. Al parecer, esa “carencia” podría tener relación con un rasgo de la cultura piraha muy especial: para ellos solo tiene valor la experiencia inmediata. Los pirahas rara vez se refieren a hechos pasados y menos aún si la persona en cuestión no ha sido testigo de ellos, ni tampoco se refieren al futuro. Viven, en todos los órdenes de la vida, al día, literalmente. Y viviendo de esa forma, no debe de ser importante poder contar; al parecer se limitan a distinguir uno de más de uno.

Hay muchas particularidades de la cultura y el sistema de creencias de los pirahas que me han resultado llamativos, como la ausencia de mitos de creación, su relación con los espíritus, cosmología, la ausencia de divinidades o la ausencia de rituales, entre otras muchas cosas.

No duermas

Pero lo más interesante del libro, sin duda, es lo relativo a la lengua. La lengua piraha es a la vez muy sencilla y muy difícil. Es sencilla por su estructura, pero es difícil porque es extraordinariamente diferente de todas las demás lenguas. Para empezar no tiene recursividad. En piraha no se construyen frases con subordinadas ni equivalentes. Y el autor del libro cree, incluso, que carece de gramática. Es una lengua tonal, como el chino, por ejemplo, aunque solo tiene tres vocales y ocho consonantes. En definitiva, no es nada extraño que resulte muy difícil de aprender.

En su última parte, el autor del hace una interesante reflexión en relación con dos aspectos de mucho interés. Por un lado, pone gran énfasis en la importancia que tiene la cultura como factor que modela la lengua, y sostiene que el piraha, con sus características, pone de manifiesto esa especial relación normalmente ignorada por los especialistas. Y por el otro, utiliza el caso de esta lengua para poner en cuestión el “paradigma” lingüístico dominante que tiene su origen en la teoría de Noam Chomsky de que existe una gramática universal o, como diría Steven Pinker, un instinto del lenguaje. Esto es, Everett sostiene que la lengua carece de una base biológica y que es un rasgo emergente de nuestro aparato cognitivo. Por esa razón sería tan importante la cultura como factor que incide en las características de la lengua.

Este es mi resumen del libro. Es una reseña apresurada y quizás sesgada. Pero espero que sirva para suscitar interés en una obra de enorme interés y nada convencional. Autobiografía, etnografía, antropología, lingüística y hasta teología se mezclan en un libro diferente, que he leído con avidez en unos pocos días.

Y una última nota. Como dice Antonio Martínez Ron (@aberron), Turner publica verdaderos “libracos”, y quede claro que lo dice con ánimo elogioso. Ambos pensamos que Turner, en su colección Noema, está publicando (de) los mejores ensayos que se pueden leer hoy en castellano, sobre todo traducciones. Merece mucho la pena consultar su catálogo; hay verdaderas joyas. Y es muy de agradecer.

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En el vídeo, grabado por el propio Dan Everett, se puede escuchar lengua piraha, con las imágenes subtituladas

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[1] De ahí el título: “No duermas, hay serpientes” es la frase con la que los pirahas se dan las buenas noches.

4 pensamientos sobre “No duermas, hay serpientes

  1. LuisFer

    Gracias por la recomendación. Me lo apunto a la lista de lectura y cuando lo lea comentaré mi percepción.
    Muchas gracias, es un placer leer este blog.
    Un abrazo.

  2. vicente

    Lo leí y disfruté mucho con él. Lo de que la lengua es un fenòmeno emergente ¿cómo casa con el hecho de que esté bastante localizada en el cerebro? Pregunto desde la ignorancia.

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