Porque hay momentos de euforia, de esperanza (emoción curiosa que emana de los malos momentos y se proyecta a un futuro prometedor), de alegría, de tranquilidad, de seguridad donde la vida parece fluir, las decisiones parecen fáciles, los objetivos claros y la motivación alta lo que te permite tener la fuerza de espíritu suficiente como para emprender un cambio, el cambio. tu cambio. Un momento, una epifanía, como decía una gran persona que quiero y echo de menos a partes iguales, que te impele a iniciar el vuelo con el dolor de la mudanza, con el miedo a la caída, pero también con el ímpetu del coraje que supone, en muchas ocasiones, la inconciencia que igualmente subyace en la decisión.
Momentos que con el paso del tiempo se convierten en valles en lugar de picos, que pasan se ser eufóricos a ser angustiosos por el lento devenir de los acontecimientos, por la lluvia que sustituye al sol en el horizonte, por el fin de la epifanía, por el olvido de algunos de los principios que cuando se definieron parecían tan claros y permanentes. Momentos duros que te implen a dejarlo, dejar el cambio, a dejar de volar, dejar de intentarlo cuando estabas a punto de conseguirlo, a desdeñar lo logrado por volver al lecho calentito del hábito adquirido, las viejas formas del maldito hábito que supone una vida no vivida con libertad, costumbrista, acostumbrada a malvivir por la propia decisión de no intentarlo, de no ser lo que merecemos ser, lo g grandes que somos… pero ese es, precisamente, el momento preciso.
El momento de reiniciar el vuelo, de confiar en nosotros, de volver a intentarlo, de lograrlo, de ser tan libres como queramos, de volar sin importarnos el destino, simplemente por el placer de hacerlo. El momento de ser responsables con la vida de cada uno, con la vida que nos queda y que siempre será toda la vida que tenemos por delante. El momento del trabajo, de la acción nueva, de conformar el nuevo hábito, la nueva vida, de renegociar la motivación a la vez que la voluntad necesaria para el cambio. El momento de saber que estamos el en valle pero que queremos llegar a la cima, volar alto simplemente para ver los otros picos y valles que conforman el camino. El momento de sostener el vuelo para que nunca más se nos olvide volar. Este es ese momento.
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Excelente reflexión y mensaje,me lleno mucho esta le lectura,porque estoy pasando por una etapa de mi vida en la que creo haber avanzado y de repente caigo y me siento en el principio del camino,es duro pero creo y siento que es ese momento de levantar el vuelo sin mora al nido de volar en busca de ese nuevo horizonte,de una nueva vida llena de éxitos
Me alegro muchísimo de lo que dices Ronald... ojalá vueles alto y mantengas tu vuelo....