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CERMI e “Informe de Derechos Humanos y discapacidad-España 2019”

El CERMI ha hecho público el estudio monográfico “Derechos Humanos y Discapacidad: Informe España 2019”, que documenta con detalle el grado de cumplimiento de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en España el pasado año.

Se trata de una cartografía fiel del estado general de los derechos, la inclusión y el bienestar de las personas con discapacidad y sus familias, elaborada por el CERMI en calidad de mecanismo independiente de seguimiento de este tratado en España y como institución nacional de derechos humanos, en el ámbito de la discapacidad.

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Mentxu

El Covid 19 arrasa con todo, hasta con los derechos humanos

Hoy os presento un artículo de Alejandro Rodríguez-Picavea. “La crisis del COVID 19 y el consiguiente Estado de Alarma en España ha suscitado situaciones que creíamos imposibles hace sólo unas pocas semanas. Hasta el punto de cuestionar los derechos humanos de los más vulnerables, las personas mayores y las personas con diversidad funcional.

Por un lado la situación en los hospitales se ha saturado de tal manera que están al borde del colapso en algunas Comunidades Autónomas y esto ha provocado que se traslade a los médicos la decisión de a quien tratar e ingresar primero en las UCIs, así como llegado el momento a quien se le suministra un respirador. Incluso cuando se debe trasladar a un paciente al hospital. Por los medios de comunicación nos hemos enterado que en estas situaciones se utilizan guías o manuales, donde se dan una serie de recomendaciones en este sentido y se prioriza a aquellos que tienen una expectativa de vida mayor o que no presentan deterioros de movilidad o cognitivos.

Por otra parte estamos también conociendo situaciones terribles en residencias de mayores y de personas con diversidad funcional. Falta de recursos materiales y humanos, sin hacer los test para saber si están contagiados o no, tanto residentes como los y las trabajadoras, sin preparación de cómo afrontar las situaciones que se han presentado. Sin relevo para el personal contagiado , sometido a una gran presión laboral y emocional. Con fallecimientos masivos de personas mayores en residencias de todo el Estado. Y además en soledad, ya que se prohibieron las visitas desde los primeros casos generando desinformación en los residentes y sus familias, que no saben que está sucediendo dentro ni en ocasiones como ésta su familiar. El estremecedor testimonio de una persona mayor desde una de las residencias más afectadas resume la situación: «Es la forma más sibilina de morir que he visto en mi vida. Convivimos con la muerte».

Esta situación es ética y moralmente inaceptable. Y atenta contra los derechos humanos, pues presupone una discriminación hacia determinadas personas. Todos los seres humanos tenemos la misma dignidad intrínseca y el mismo valor por el hecho de serlo. Debemos ser tratados igual tanto en hospitales como en residencias.

Conviene recordar además que son las personas mayores, aquellas nacidas en las primeras décadas del siglo XX que ahora tienen más de 70 años, las que con su trabajo, esfuerzo y sacrificio han construido lo que conocemos como Estado del Bienestar, que es lo que nos está permitiendo afrontar la situación. Son las que pusieron los pilares en la transición española para que disfrutemos hoy en día de una democracia moderna y un Estado de Derecho. Estado de derecho que no debería permitir esa discriminación por vulnerabilidad, porque va contra su propia esencia.

La calidad de un Estado, de una sociedad se mide por la protección y el trato hacia las personas mayores y los más vulnerables. No es suficiente con repetir desde las instituciones que no se va a dejar a nadie atrás, porque la realidad demuestra que muchas personas vulnerables ya han quedado atrás en esta crisis que se está llevando por delante tantas cosas. Y de la que tendremos que sacar conclusiones para no repetir los errores cometidos.

Es necesario revertir la situación de manera urgente, hacer test masivos y suministrar el material de protección necesario a las residencias y a personas que trabajan directamente con aquellos que necesitan apoyos para realizar las actividades de la vida diaria. Aliviar la presión que hay en estas instituciones contratando personal y acercar a las personas mayores a sus familiares a través de las nuevas tecnologías, para mantener las informadas y en contacto.”

Mentxu

Por la dignidad y contra la indefensión de las personas en situación de dependencia en la crisis del COVID-19

“Desde el FVID defendemos la Asistencia Personal como única forma de apoyo humano que posibilita la Vida Independiente, y no olvidamos que muchas personas no pueden acceder a ella, debido a la poca o nula implementación en todo el Estado, cuando no defectuosa.

Por lo que denunciamos:

Que se han retirado la gran parte de servicios de ayuda a domicilio, quedando, en distintos municipios, restringidos a las personas con Grado III de dependencia y con menos horas diarias de las que precisan, o la supresión de tal servicio a las personas con Grado II. Medidas que pueden provocar un empeoramiento de su situación, deterioro y mayor exposición a la enfermedad, en un breve plazo de tiempo, debido a la falta de apoyos para alimentación, higiene o limpieza del domicilio.
La actuación de entidades proveedoras de servicios de asistencia personal que están suspendiendo los servicios de asistencia a personas dependientes, discrecionalmente cuando consideren que “no son indispensables” y se presten manteniendo contacto a menos de dos metros. Contrarían así la condición de personal esencial de las trabajadoras y trabajadores de apoyo asistencial, eludiendo su responsabilidad hacia las personas cuyas vidas dependen en gran medida de tales apoyos y dejándoles a su suerte.
Las noticias sobre las inaceptables condiciones en las que se encuentran muchas personas institucionalizadas que, consecuentemente, están finalizado con gran número de fallecidos.
Se ha recalcado por parte de diversas autoridades de los gobiernos central y autonómicos, que no se va a dejar a nadie atrás. Pero observamos con preocupación que una vez más el colectivo de personas en situación de dependencia sigue siendo el último y olvidado. A pesar de ser de los más vulnerables.
Las alarmantes recomendaciones establecidas por la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) para el ingreso en UCI por COVID-19. Destacamos entre otras:
“Se debe valorar el paciente de forma global y no la enfermedad de forma aislada. Ante dos pacientes similares, se debe priorizar a la persona con más años de vida ajustados a la calidad. En personas mayores se debe tener en cuenta la supervivencia libre de discapacidad por encima de la supervivencia aislada. Valorar cuidadosamente el beneficio de ingreso de pacientes con una expectativa de vida inferior a 2 años. Tener en cuenta otros factores como, por ejemplo, personas a cargo del paciente para tomar decisiones maximizando el beneficio del máximo de personas. (. . .) Tener en cuenta el valor social de la persona enferma.. (. . .) Cualquier paciente con deterioro cognitivo, por demencia u otras enfermedades degenerativas, no serían subsidiarios de ventilación mecánica invasiva».
Es nuestro deber recordar que ninguna situación, por excepcional que ésta sea, justifica la discriminación ni por motivo de discapacidad ni de ningún colectivo de personas y que la obligación de respetar los Derechos Humanos permanece vigente y debe ser tenida en cuenta, también en el difícil momento actual..

Por todo ello, desde el FVID reclamamos:

Restitución de todos los apoyos humanos necesarios y suficientes para la digna y segura supervivencia de las personas con diversidad funcional. Con el debido esfuerzo de abastecimiento de material básico de protección para los trabajadores.
Medidas de actuación inmediatas para poder asegurar la continuidad sin interrupción de los apoyos prestados por las personas que están trabajando de modo formal o informal como asistentes personales.
Mantener un exhaustivo control de la situación de las personas internadas en instituciones, asegurando el correcto abastecimiento y dotación de las medidas de prevención y protección para los trabajadores que están en contacto con los residentes, con las correspondientes medidas para depurar posibles responsabilidades.
Respeto rotundo a los Derechos Humanos y la no discriminación en los tratamientos sanitarios y medidas de urgencia que sea necesario adoptar con las personas en situación de dependencia que las precisen.
Finalmente, expresamos nuestro agradecimiento a tantos profesionales y demás personas, que hacen posible el sostenimiento de la vida y la dignidad humana en tan difíciles circunstancias.”

Mentxu