El último punk de Londres lleva la cresta mas larga y puntiaguda que nunca. Su chupa de cuero está tan claveteada que casi no deja ver su negro color. El último punk de Londres lleva su camiseta tan desgastada que ya ni recuerda a qué grupo reivindica. Sus pantalones de camuflaje abandonaron antaño su verdor, aunque eso si, sus botas están nuevecitas. El último punk de Londres está harto de serlo y hace mucho que llevaría otro aspecto, si no fuera por el cartel indicador que sujeta a la puerta de una tienda: “Compra aquí tus Doc Martens”.
Roberto Moso
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