“Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir“, dijo solemnemente.
Después bajó la cabeza con resignación. Aquellas naves no estaban tan lejos, los Rayos-C más bien los imaginó fervientemente y nunca confirmó que fuera esa la puerta. Además de breve, la vida es imperfecta. Hay que echarle cuento. Fue su última reflexión.
Roberto Moso
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