Iñaki salió del estadio desolado.
Patxi salió del estadio dolorido y algo cansado.
Iñaki se introdujo en un vagón atestado entre chubasqueros y paraguas empapados.
Patxi se introdujo en su Ferrari y se dejó acolchar en el asiento de piel.
Iñaki calculó que le quedaban unas seis horas antes de levantarse para ir al trabajo.
Patxi decidió relajarse viendo un capítulo de su serie preferida. Mañana día libre.
Desolado, en posición fetal, Iñaki recordó la pasta gansa que le había costado el maldito evento y sospechó, tras el estornudo, que estaba incubando algo.
Tras disfrutar de la serie Patxi se dejó caer en brazos de Morfeo y se consoló pensando en la cifra que se acababa de embolsar.
A la mierda, pensaron los dos, casi simultáneamente.
Roberto Moso
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