Cuarenta años conduciendo, cientos de miles de veces viendo una y otra vez esa ridícula señal. Y justo hoy, a dos días de mi jubilación, compruebo que no era una estúpida broma.
El ciervo ha dado un brinco y se ha plantado en la autopista. En mis narices.
Roberto Moso
Y aquí acaba la historia de este blog de Pompas de Papel. A partir de…
Última entrega por esta temporada del concurso de Pompas de Papel en el que Bego…
Sardinerak es el quinto título de la colección de álbumes trilingües Ipuinak que edita la…
Gizakiaren bizitza distantzian egiten den ekintza baizik ez denez, Edalontzi baten barruan dir-dir egiten duen…
Es el autor de este libro un ciudadano sensato que, preocupado por el futuro del…