Exposición en el Hospital de San Juan, Brujas, del 25 de febrero al 26 de junio
La bruja siempre ha sido percibida en el imaginario colectivo como una mujer muy fea, que vuela sobre una escoba o cocina junto a un gran caldero en el que prepara sus pociones mágicas junto a un gato negro. Pocos saben que esta representación fue ideada por los artistas medievales de los Países Bajos. Fue sobre todo Pieter Bruegel quien jugó un rol primordial pues fue el primero en colocar a la bruja y su caldero junto a la chimenea y a dotarla de una escoba. Sus contemporáneos y sucesores pronto le siguieron, ya que el tema de las brujas ha sido retomado en numerosas ocasiones y lugares.
Algunos pintores, como Cornelis Saftleven, copiaron sus grabados; otros, como Frans Francken II, añadieron a las escenas de Bruegel detalles inspirados por los acontecimientos y juicios locales. David Teniers el Joven estiró su imaginación con escenas de brujería, y una treintena de sus obras ha llegado hasta nosotros. Otros autores, en cambio, representaban pequeñas brujitas en los márgenes de los manuscritos. A finales del S. XVI el norte de Europa vivió una época de enfriamiento glaciar, así como la Guerra de los Ochenta años. Las brujas fueron perseguidas, juzgadas y quemadas como culpables de las adversidades del momento.
FLANDES: Las Brujas de Bruegel
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