Jim Morrison, cantante y líder de los Doors falleció en París el 3 de julio de 1971 a los 27 años de edad. Su mujer Pamela Courson lo encontró muerto en la bañera del apartamento que compartían en la capital francesa y el médico que certificó su muerte redactó, en el informe correspondiente, que Jim Morrison había fallecido por causas naturales, a causa de un paro cardíaco.

Casi 40 años después, aún sigue sin saberse qué sucedió la madrugada del 2 al 3 de julio de 1971 y hay quien sostiene que todo aquello fue un montaje y que Jim Morrison está vivo. Lo cierto es que las dos únicas personas que vieron el cadáver del cantante fueron su pareja Pam y el médico que firmó el acta de defunción. No se le hizo autopsia y antes de avisar a los  familiares,  a la embajada estadounidense y a la filial de la discográfica Elektra en París, se selló el féretro y se preparó el funeral.

El sepelio se celebró el 8 de julio en el cementerio Pere Lachaise de París. John Densmore, batería de los Doors, declaró días después que el féretro le había parecido demasiado pequeño para el cuerpo de Jim Morrison y muchos de sus seguidores exigieron la exhumación del cuerpo. El Rey Lagarto descansa en paz junto a algunos de sus poetas y escritores favoritos como lo fueron Balzac, Moliere y Oscar Wilde. La tumba de Jim Morrison está entre los 10 lugares más visitados por los turistas que llegan a París.

“Si existe un tipo capaz de escenificar su propia muerte, creando un certificado de muerte ridículo y pagando a un doctor francés y poniendo un saco de ciento cincuenta libras dentro del ataúd y desaparecer a alguna parte de este planeta, África, quién sabe, ese tipo es Jim Morrison. Él sí sería capaz de llevar todo esto a buen puerto”.

Ray Manzarek