Emociones en el ser humano: su utilidad

Las emociones favorecen nuestra adaptación al entorno natural y social e inciden en todos nuestros procesos mentales y físicos. Las funciones de las emociones, funciones filogenéticas que nos constituyen como especie son, siguiendo a Robert Plutchik, dos: la adaptación al medio y las relaciones sociales.

Sin embargo, sus efectos son múltiples y variados. Influyendo, por ejemplo, en la salud, la memoria, la percepción, la atención, la motivación, el aprendizaje, la autoestima, la comunicación, en nuestras expectativas, en nuestros juicios respecto a objetos o personas, en cómo interpretamos la propia conducta y la de los demás, y en cómo percibimos e interpretamos la realidad entre otras.

En cuanto a su componente relacional, a su función social, las expresiones emocionales comunican cómo nos sentimos a los demás,  regulan la manera en que los demás reaccionan ante nosotros y facilitan las interacciones sociales

Como función adaptativa, y como les decía siguiendo a Plutchik, las emociones en respuesta a estímulos relevantes favorecen la protección, la destrucción, la reproducción, la reintegración, la afiliación, el rechazo, la exploración y la orientación genarando conductas de fora automática.

En este sentido, y por ejemplificar lo dicho anteriormente,  si el estímulo es entendido como una amenaza, la conducta emocional será la de huida con la función de protección. Si nos encontramos con un obstáculo,  nuestra conducta instintiva estará orientada a la lucha para conseguir destruirlo. Cuando observamos que una persona se puede convertir en nuestra pareja, la función presente será la reproducción y la conducta resultante, en el mejor de los casos, será la cópula (lo siento por los que pensaban que era el amor sentimental…).

Cuando perdemos a ser querido, la conducta a través de la tristeza es requerir la presencia de otros, con lo que conseguimos reintegrarnos, recomponernos. La función de afiliación se produce ante la presencia de un nuevo miembro en el grupo, desarrollando el comportamiento de compartir con él. El vómito, el rechazo los generan aquellos estímulos provenientes de elementos desagradables, sean objetos o personas,  con la función clara de rechazo. Ante un territorio o espacio nuevo, nuestra conducta será la de indagar con la función de explorar las nuevas posibilidades.  Finalmente, ante algo nuevo y repentino, nuestro procedimiento será parar, estar alertas para conseguir una nueva orientación, para poder orientarnos.

Como ven, en un principio todas las emociones, sobre todo las básicas, tienen una función adaptativa y social con lo que debemos entender que no son ni buenas ni malas, sino que la evolución las ha creado para ayudarnos a sobrevivir y a comunicarnos. Pero entonces, ¿por qué en muchas ocasiones nos molestan, nos incomodan, nos dificultan la consecución de nuestros objetivos, de nuestro bienestar, de nuestra felicidad y decimos que son negativas? Piénsenlo porque ustedes tienen la repuesta en su interior.

¿Han encontrado la respuesta?

¿Nos podrían dar alguna idea?

¡¡Si  quieren saber algo más pinchen el el lo del CIE!!

 

 

 

 

 

Rogelio Fernández Ortea

Profesor, investigador, consultor y conferencista...muchas cosas que se podrían resumir en una: un humanista. Un proyecto de humanista ocupado en el desarrollo de personas, entornos y organizaciones competitivas y saludables oirentadas por un comportamiento ético y social.

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  • Rogelio, que estamos en verano…jejeje. Lo cierto es que tienes razón, parece que al margen de un conocimiento más o menos racional sobre nuestras emociones y su función, no conseguimos evitar echar al cajón de "buena o "mala" la respuesta ante un estímulo.
    ¿Necesitamos un estímulo más poderoso para contrarrestar? ¿Podemos evitar el disparador automático?
    En una entrada tuya en la que hablabas de la Ira, proponias más observación, mas tiempo, menos pensamientos.
    Recuerdo que escuchando una charla sobre la creatividad y las musas, un artista se encaraba con la suya cuando la inspiración llegaba en el momento más inoportuno… ¿te parece plan?¿no ves que estoy conduciendo?¿no ve que no tengo ni donde apuntar?
    Seguiremos aprendiendo, un abrazo ;-)

  • Leyendo lo que más de una vez hemos comentado hoy me surge con fuerza una respuesta en la que antes no había caído. Probablemente hablamos de emociones negativas porque nos muestran partes de nosotros que no acabamos de aceptar, que no nos gustan, que quisiéramos poder desechar... :)

  • Maribel... un estímulo contrario a la emoción sentida tiene a cambiarla, pero para tener una respuesta más racional, más provechosa, quizás, para nosotros, es darle tiempo, y para eso lo mejor es prestar atención al ahora, a su efecto en el cuerpo y no darle la energia del pensamiento que, en esos momentos, será automático. En cuanto a lo que dice Arantza, me parece un comentario más que relevante y certero.. gracias a ambas por interactuar en la red!!!!

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Rogelio Fernández Ortea

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