Por Yovanni Castro Nieto
Cuando se habla de competitividad e innovación empresarial, son conceptos que obligan a tratar en la actualidad a un tercer concepto como es el liderazgo. Aunque para muchos es un tema de moda, yo diría que es un argumento tratado desde las teorías clásicas de la administración y que no pierde importancia con le paso del tiempo. En la actualidad, podemos comprobar el papel fundamental que tiene el liderazgo para lograr organizaciones “competitivas e innovadoras” adaptadas a los cambios que demandan los entornos “glocalizados”.
También es cierto que muchos de los fracasos en organizaciones se han originado por la influencia del liderazgo inadecuado, tradicional y autoritario. Desarrollado por personas carentes de visión, de inteligencia emocional, de confianza, de integridad, entre otros elementos, por lo que es importante analizarlos a la hora de hablar de liderazgo.
Un buen líder debe ir asociado a ser “una buena persona”, con carácter, optimismo, esperanza, dignidad y un alto valor sobre la adaptación entre personas y seguidores.
Pero también, un buen líder requiere ir más allá de la voluntad de ser “buena persona”, para volverse real y tangible. Como lo indica Guillermo Otálora, al referirse a la persona que ejerce el liderazgo, existen una serie de habilidades y características que determinan el éxito tangible de un líder y que le permiten enfrentar todo tipo de situaciones, confiado en obtener el mejor resultado.
De acuerdo con estudios realizados por diferentes organizaciones y consultores, quienes logran alcanzar niveles de excelencia en su desempeño al frente de un equipo de trabajo, las “buenas personas” tienen un alto nivel de conocimiento de sí mismos, pero no solamente como un proceso de introspección en el cual evalúan sus fortalezas y debilidades, sino también como referencia de la opinión que tienen los demás. Este tipo de personas no temen preguntar a otros cómo los perciben y pueden establecer metas personales para mejorar esos aspectos.
En esa línea, la evidencia encontrada demuestra que los líderes de verdad procuran cultivar otros intereses personales, practicar algún deporte, dedicar tiempo de calidad para su familia y cultivar su mundo espiritual con procesos de reflexión personal. A continuación presentamos algunas de las características identificadas en este grupo de personas excepcionales:
Estamos de acuerdo con la afirmación que hacen GEORGE, B.; SIMS, P.; MCLEAN, A.; MAYER, D: cuando dice: “Ahora mismo necesitamos un líder idóneo, confiable, genuino, humano, capaz de vislumbrar los cambios acelerados que vive el entorno por causas globales y responder a las nuevas exigencias competitivas del siglo XXI”, pero: siendo un líder o siendo un seguidor: ¿Cuenta usted con ser “buena Persona” y cuenta con éstas habilidades?
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