Archivo por días: 11 septiembre, 2010

Lugares insólitos: el hotel más pequeño del mundo

Si es o no el hotel más pequeño del mundo… en realidad no lo se a ciencia cierta. Pero es el famoso libro Guinness de los records quien así lo anuncia. (y por suerte…¡existe mucho múndo afuera de este libro que no necesita hacerse propaganda… asique, me permito poner en dudas que sea el más pequeño…¿para que la gente quiere tener el record? Pues mejor cierro esta puerta de la jaula de pájaros y vuelvo al hotel pequeñito…. Algo pequeñito ooooooooooooooooooooo!)

 

Según el guinness Records, el hotel Punta Grande es el más pequeño del mundo. Cuenta con una superficie de 600 metros cuadrados y su techo es de 9 metros de altura. (huy Dios mio como estoy hoy!!!!! Punta Grande… al mas pequeño…)

 

La historia de este pequeño establecimiento, nos lleva hasta una oficina de aduanas. Lo que hoy es un hotel, anteriormente fue una oficina de aduanas que no logró sobrevivir a la crisis del comercio marítimo entre América y España.

 

Cuando fue oficina, supo ver pasar historias de decomisos, objetos que quedaban incautados, naufragios. Y hoy, muchos de esos objetos adornan el hotel. Cartas de navegación, y en alguna habitación hasta el traje de un buzo.

 

Si lo que buscas es desconexión, este hotelito es ideal. Sin internet, ni tele, ni minibar, ni teléfono…. (como haremos para hacer una hipotética reserva?), podemos elegir entre solo cuatro habitaciones dobles.

 

Noemí Thinosi, italiana, y residente en la isla (Isla de Hierro) es quien lleva la gerencia de este hotel. 

Mayor originalidad, imposible. Su nombre figura en el libro Guinness de los récords como el hotel más pequeño del mundo: todas sus instalaciones se resumen en apenas 600 metros cuadrados de superficie edificada y nueve metros de altura. Pero aún sorprende más su exigua capacidad: tan sólo cuatro habitaciones dobles.
Llegar hasta él supone un largo viaje a los confines de la isla más remota de las Canarias, El Hierro, puro descalabro volcánico en medio del océano Atlántico. Allí, sobre un solitario embarcadero azotado por las olas, frente a los míticos Roques de Salmor, unos islotes rocosos habitados, hasta mediados del presente siglo, por una especie de lagartos gigantes de origen prehistórico, emerge el pequeño edificio, fruto de la remodelación de un antiguo despacho de aduanas que no resistió a la decadencia del comercio marítimo con América.
La italiana Noemi Thinosi, residente en la isla desde hace 20 años, lleva hoy las riendas del negocio, compartido con el alquiler de unos apartamentos muy bonitos en las inmediaciones. Avance imparable de su deterioro. Gran parte del decorado procede del desguace de buques o restos de naufragios contabilizados en esta oficina: ojos de buey, brújulas, fanales, cartas marinas, portulanos y un traje de buzo actualmente expuesto en el comedor.
Unos pocos curiosos se aventuran a pernoctar en tales confines. Las habitaciones, situadas en la planta de enmedio, apuestan por la sencillez y mucho efectismo en la utilidad de la madera de barco en sus cuartos de baño. Todas son únicas, sin teléfono, ni televisor, ni minibar, especialmente la número dos, dotada de una terraza volada desde la cual lanzar la caña de pescar. El espíritu de César Manrique se hace notar en la decoración interior.
Abajo está el comedor, de cuyo techo pende una raiz de haya de tamaño inverosímil. Un ambiente marinero, repleto de detalles curiosos, estimula enseguida al comensal, obligado a un estricto horario europeo. Lástima que la carpintería sea de aluminio y que el salitre haga lo suyo en la tornillería de las mesas. Arriba, siempre vacío, se ofrece un moderno salón con dos terrazas y unas portensosas vistas sobre la costa lávica.

Si es o no el hotel más pequeño del mundo… en realidad no lo se a ciencia cierta. Pero es el famoso libro Guinness de los records quien así lo anuncia. (y por suerte…¡existe mucho múndo afuera de este libro que no necesita hacerse propaganda… asique, me permito poner en dudas que sea el más pequeño…¿para que la gente quiere tener el record? Pues mejor cierro esta puerta de la jaula de pájaros y vuelvo al hotel pequeñito…. Algo pequeñito ooooooooooooooooooooo!)

 

Según el guinness Records, el hotel Punta Grande es el más pequeño del mundo. Cuenta con una superficie de 600 metros cuadrados y su techo es de 9 metros de altura. (huy Dios mio como estoy hoy!!!!! Punta Grande… al mas pequeño…)

 

La historia de este pequeño establecimiento, nos lleva hasta una oficina de aduanas. Lo que hoy es un hotel, anteriormente fue una oficina de aduanas que no logró sobrevivir a la crisis del comercio marítimo entre América y España.

 

Cuando fue oficina, supo ver pasar historias de decomisos, objetos que quedaban incautados, naufragios. Y hoy, muchos de esos objetos adornan el hotel. Cartas de navegación, y en alguna habitación hasta el traje de un buzo.

 

Si lo que buscas es desconexión, este hotelito es ideal. Sin internet, ni tele, ni minibar, ni teléfono…. (como haremos para hacer una hipotética reserva?), podemos elegir entre solo cuatro habitaciones dobles.

 

Noemí Thinosi, italiana, y residente en la isla (Isla de Hierro) es quien lleva la gerencia de este hotel. Al buscar “hotel Punta Grande” encontré esto en la propia página del hotel estos comentarios de distintos visitantes:

Mi maido y yo “encountremos” este delicioso hotel vía Internet. Y fuimos desde Estados Unidos a la isla mágica del El Hierro, donde estuvimos en este hotel divino y único. Naomi es una perla. Mi marido, de regreso a Estados Unidos, escribió un artículo sobre el hotel y la señora Naomi en un periódico de Atlanta, Georgia. Estelle y Jim Howell.

Desde la terraza del restaurante se pueden contemplar unas puestas de sol maravillosas y con una música de fondo de las olas rompiendo contra los acantilados. Y, al caer la tarde, descasar y relajarte cenando a la luz de las velas una ensalada y pescadito fresco que con tanto esmero prepara Noemi y su equipo. El trato es tan acogedor y el paisaje que te rodea tan insólito y mágico a la vez que te hace pensar en volver y disfrutar de esa tranquilidad que se respira y que en un primer viaje no lo consigues porque lo quieres ver todo. Es como un pequeño paraiso en medio del mar

Pasamos unos días en ese maravilloso rinconcito. Tras haber visitado todas las islas he de decir que cuando me retire lo haré aquí. La propietaria del hotel, Noemí, nos dió un trato insuperable. Más que clientes nos sentíamos como invitados en casa de un amigo. Ella es una profesional como la copa de un pino. Nada mejor que descansar en ese remanso de paz bajo un cielo estrellado como pocas veces he visto, y dormir con el sonido de las olas rompiendo contra las rocas.

 

Una gozada. Sitio tranquilo.

Al menos, a estos que pasaron por alli, pareció gustarles. Un espacio insolito en la isla de Hierro (España)

 

 

Lugares curiosos e insólitos: Los Templos de Damanhur

Los Templos de DamanhurA 30 millas de la ciudad de Turin (Italia), mas precisamente en el Valle de Valchiusella, nos encontramos con uno de esos lugares del mudo que no tienen mucha publicidad pero que merecen la pena conocerles.

Clasificado por algunos como la octava maravilla del mundo, y a 100 pies bajo el suelo, nos esperan “Los Templos de Damanhurâ€. Son una serie de galerías y excavaciones que deben su autoría a Orberto Airaudi. (italiano)

Entrar a los Templos de Damanhur, es dar un paseo por la historia de la humanidad, ilustrada a través de pinturas y relieves que adornan el lugar.

La obra de Orberto Airaudi, fue un secreto. Trabajaba a espaldas del mundo, hasta que un día, fue descubierto por la policía. El motivo por el cual se acercaron a las galerías, fue por una supuesta evasión de impuestos. En ese momento, Orberto mostró solo una parte de su obra. Un año después, nuevamente fue amenazado directamente por las fuerzas del estado:   mostraba toda la obra completa,  o esta sería dinamitada.

Los templos, son 91.000 metros cuadrados.  Nueve templos ornamentados en cinco niveles que nos muestran la creatividad del artista. Están construidos como un libro en 3D. Cuando el proyecto fue presentado para poder empezar a construir, se le negó la habilitación. Y decidió comenzar a trabajar en secreto. Acudieron voluntarios de todo el mundo para trabajar. Lo hacían en turnos de cuatro horas. Y así desde 1978, comenzaron el trabajo en secreto. Mosaicos, murales, puertas, estatuas, vidrieras empezaron a dar vida a esta “construcción en silencioâ€

El Templo de Damanhur, está construido bajo una casa que ocultaba el verdadero trabajo que se estaba realizando bajo tierra. Oberto Airaudi, ya a sus 10 años de edad, tenía la idea de los templos dándole vueltas por su “jaula de pájaros†. Y el mismo argumenta que por una visión de su infancia, comenzó a cavar la roca . Visiones de una vida pasada suya (creencia en la reencarnación) . Creia qu había vivido en una sociedad muy desarrollada en la cual todos trabajaban para el bien común.

Dice el mismo Oberto: , “Mi objetivo es volver a crear los templos de mi visión”.