El jengibre es una planta con numerosos usos culinarios y, sobre todo, con muchas aplicaciones medicinales.
La nutricionista Gabriela Uriarte destaca que los compuestos fenólicos del jengibre ayudan a aliviar la irritación gastrointestinal, estimulan la producción de saliva, la bilis y suprime las contracciones gástricas y el movimiento de alimentos y líquidos a través del tracto gastrointestinal. En resumidas cuentas, favorecen la digestión y evitan la aparición de efectos secundarios relacionados con la mala absorción de los alimentos.
El jengibre es útil también por sus efectos contra los vómitos. Masticar jengibre crudo o beber té de jengibre es un remedio casero común para las náuseas que sufren, por ejemplo, las mujeres embarazadas. Consumir jengibre evita las náuseas y la ganas de vomitar. Además, cuando hace frío, beber té de jengibre al que podemos añadirle miel es una buena forma de mantenerse caliente. Es diaforético, lo que significa que promueve la sudoración, por lo que trabaja para calentar el cuerpo desde dentro.
Pero los beneficios del jengibre no acaban ahí. Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Georgia concluyó que la administración diaria de suplementos de jengibre redujo el dolor muscular inducido por el ejercicio en un 25%. También se ha descubierto que el jengibre reduce los síntomas menstruales .
La recomendación de Gabriela: es fácil incluirlo en la dieta tanto infusionando la raíz en agua caliente o incluso tomar suplementos de jengibre siempre considerando la dosis.