El cultivo de las lentejas se lleva practicando desde hace más de 9.000 años. Son originarias de la zona de Irak y posteriormente se extendieron por todo el Mediterráneo.
Tal y como nos desvela la nutricionista Gabriela Uriarte, las lentejas son las reinas de las legumbres y se han ganado una fama merecida por ser fuente de hierro y proteínas.
Las lentejas, como las mayorías de las legumbres, tienen proteínas incompletas: esto quiere decir que son deficitarias en algún aminoácido esencial. Para “completar” esta proteína es importante que se combine con el de los cereales, ya que son complementarios entre ellas. Es decir, que lo que le falta a una lo tiene la otra y viceversa.
Las lentejas contienen fibra, importante para favorecer el tránsito intestinal y evitar estreñimiento, pero además ayudan a disminuir los niveles de glucosa en sangre.
Las lentejas poseen también Vitaminas del grupo B, como la B2, B3, B6, B9 (ácido fólico), las cuales participan en la formación de glóbulos rojos, células y hormonas, ayudan a prevenir la anemia, problemas en el desarrollo del feto, intervienen en el funcionamiento del sistema nervioso y del inmunológico y ayudan a estabilizar el nivel de azúcar en sangre.
La recomendación de Gabriela: Para aprovecharnos mejor del hierro que nos ofrecen debemos tomar una fruta rica en vitamina C como un cítrico de postre, para que reduzca ese hierro férrico a ferroso y pueda absorberse más cantidad.