La harina es un producto de uso cotidiano. En nuestras cocinas solemos utilizarla para hacer rebozados y sobre todo para repostería. Normalmente, utilizamos harina de trigo, pero, tal y como nos cuenta la nutricionista Gabriela Uriarte, hay una gran variedad de harinas de diferentes sabores, que pueden dar un toque diferente a nuestros platos.
La harina de arroz, por ejemplo, es muy suave, fácil de digerir, y no contiene gluten. Resulta ideal para elaborar crepes o buñuelos. La harina de maíz, la de trigo sarraceno o la de mijo no contienen gluten y son harinas sabrosas que se pueden utilizar para elaborar pasteles. La mejor harina para rebozados es la de garbanzo. De hecho, es la más utilizada en la cocina oriental.
Finalmente, por supuesto, también encontrarás las tradicionales harinas de trigo y trigo integral, pero también de otras variedades de trigo, como por ejemplo de espelta, que es muy digestiva.
La recomendación de Gabriela: usar harinas integrales 100% ecológicas para tus preparaciones. La favorita de nuestra nutricionista es la de garbanzo, ya que al proceder de una legumbre tiene un equilibrio perfecto entre hidrato de carbono y proteína, sobre todo como ingrediente reponedor después de la actividad física.