Pompas de papel

Alter ero es el segundo libro de relatos publicado por el zarauztarra Bertol Arrieta, que ya debutó en 2004 con la colección Txikira beti hordago!, publicada por Erein.

En su regreso nos ha convencido por su capacidad de engancharnos con historias que parten de situaciones nada extraordinarias pero con un potencial importante para la complicación y para  el límite. De alguna manera, Arrieta apela al “otro” que todos llevamos dentro y que no haría lo establecido sino cosas mucho mejores… o mucho peores. La desaparición de un coche del parking de un tanatorio; la asistencia al funeral de un viejo amigo; la atracción sexual hacia una joven de un hombre maduro y, en principio, felizmente casado; la presión ante la lectura de una tesis doctoral; el fastidio que producen los ruidos en el cine…, son pira suficiente para que los personajes, tomados por su otro “yo” puedan provocar un incendio en sus vidas de enorme magnitud. Probablemente, todo el mundo haya sentido el deseo de hacer alguna locura, el tema es que las cosas, con muy poquita voluntad que le pongamos, se pueden complicar de manera imprevisible.

Hay que destacar el tino de Arrieta para elegir los diversos elementos narrativos de sus cuentos y la originalidad de algunas de sus historias en las que no recurre a las cotidianidades más cercanas sino a las de por ejemplo un par de porteros de la Selección Rusa de Balonmano de la época de la Unión Soviética. También sucumbe el autor a la temática metaliteraria, que explora en relatos como Ipuin perfektua, sobre un escritor obsesionado por crear el cuento ideal,  o Un tal Ekain, que nos trae a un escritor que cree guardar un parecido extraordinario con Julio Cortázar.

Arrieta no es un preciosista que guste de frases alambicadas ni complicadas metáforas, pero conoce una máxima importante dentro del género: que no hay que contarlo todo. Ejemplo de ello es el final de Bye, el relato que cierra el libro, quizá uno de los que se lea con mayor fruición.

Publicado por Susa, llamará seguramente la atención en las librerías gracias a una portada roja, con dos urinarios, que nos recuerda a la célebre obra de Duchamp. Cuando lo identifiquen, sepan que no será mala idea hacerse con un ejemplar.

Txani Rodríguez