El relato histórico es un campo apasionante, cultivado con fortuna por la literatura y el cine y que, en los últimos años, está inspirando también grandes obras de cómic. Es el caso de títulos como Vietnamérica (Norma Editorial), soberbio retrato de una familia de origen vietnamita que vive en EEUU; Mañana, mañana (Sins Entido), que gira en torno a la durísima experiencia de los emigrantes argelinos en la Francia de los años 50 y 60 del pasado siglo, o Una vida en China (Astiberri), impresionante historia sobre la evolución de la sociedad china desde los tiempos de Mao Tse Tung hasta nuestros días. Y a esta lista de obras selectas hay que añadir la que hoy es nuestro objeto de comentario, Jerusalén. Un retrato de familia, una novela gráfica de casi 400 páginas, que transcurre entre los años 1945 y
Protagonistas principales de este drama histórico, los Halaby: dos hermanos, Izak y Yakov, de diferente condición, cuyo único nexo son los lazos de sangre, y que viven con sus respectivas familias en Jerusalén. El hecho de que estemos ante un relato desde el punto de vista judío no quita valor a una obra que huye de los tópicos y los prejuicios. Lo que se nos cuenta es lo que ocurrió en Palestina, una tierra torturada después de cinco siglos de dominio otomano, que se convirtió en protectorado británico tras la Primera Guerra Mundial y a la que fueron llegando cientos de miles de emigrantes judíos procedentes de una Europa en la que se sentían perseguidos y rechazados. Ante tal avalancha, el choque con la comunidad árabe era inevitable, y aún más con la enorme torpeza política demostrada por Gran Bretaña, que dejó servido en bandeja el enfrentamiento que dura hasta nuestros días. Y es precisamente la actuación británica la que se lleva la peor parte en esta historia. La imagen de los soldados de Su Majestad es demoledora, mucho peor que la de las tropas árabes, que son sólo el rival en el frente de combate.
Jerusalén. Un retrato de familia es un cómic valioso. Una historia parcial, pero cierta, protagonizada por personas que viven sus vidas en un entorno de violencia e incertidumbre y que tratan de mirar el futuro con esperanza. El director de cine y guionista Boaz Yakin y el dibujante Nick Bertozzi firman esta gran obra publicada por ediciones La Cúpula.
Iñaki Calvo
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