Un día perdió la fe.
Al despertarse, por la mañana reparó en que no le apetecía en absoluto seguir defendiendo su causa. Que en realidad todo era una milonga, que llevaba años dándose de cabezazos contra un muro. Que todo era una estúpida mentira.
Pero no dijo nada. ¿Qué otra fuente de ingresos podría encontrar a su edad?
Roberto Moso
Y aquí acaba la historia de este blog de Pompas de Papel. A partir de…
Última entrega por esta temporada del concurso de Pompas de Papel en el que Bego…
Sardinerak es el quinto título de la colección de álbumes trilingües Ipuinak que edita la…
Gizakiaren bizitza distantzian egiten den ekintza baizik ez denez, Edalontzi baten barruan dir-dir egiten duen…
Es el autor de este libro un ciudadano sensato que, preocupado por el futuro del…