La soledad trabaja como un reloj
Para bien practicar toda suerte de vicios virginales de la carne
Aunque afuera
La espiral del otoño hace osados números
Y por los mil derrumbes lívidos del horizonte
Tañen las campanas lengua afuera.
Hasta en las hojas nuevas te guardo a ti, amor,
-Elemento fiel,
Por más que inviolable en mi código-
Órgano mío externo.
Parcialmente
Existe la posibilidad definitiva
De dar por terminado el cuadro en negativo.
Felices sean las criaturas por la trascendencia
Repudiadas.
La soledad trabaja como un reloj;
Incluso en las horas húmedas
Es sorda a los sobreentendidos
Y ante todo no tiene una idea exacta
De los hechos en general,
Ni tampoco acerca del hecho
De lo importante que resulta el almidón.
El poeta de hoy se llama Agron Tufa y nació en Albania en 1967. Estudió literatura en la Universidad de Tirana, pero siguió sus estudios en Moscú, donde se especializó en traducción, sobre todo en la obra de Brodsky. Volvió a Albania, fue editor de El Aleph, director de una revista literaria, y ahora imparte clase en la universidad de la capital albanesa, donde estudió. Desde finales de los noventa publica fundamentalmente poesía y sigue traduciendo. Además de a Brodsky ha traducido a otros escritores rusos, como Pasternak y Platonov.
Goizalde Landabaso
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