Antiguamente, a lo largo de toda la costa belga, en Holanda, en el norte de Francia o Inglaterra era fácil encontrar la característica silueta del pescador de gambas a caballo. Hoy en día, la tradición solo se mantiene en Oostduinkerke. En dicha localidad flamenca se celebra desde 1950 la «Fiesta de la Gamba». La pesca se realiza en las horas de marea baja, de abril a octubre. Tras la faena, los pescadores regresan a casa, donde cuecen las gambas y las venden directamente a los compradores. Este año, la «Fiesta de la Gamba» se celebrará los próximos 25 y 26 de junio.
En tiempos pasados la imagen de pescadores montados en caballos de tiro era común a lo largo de las costas de Bélgica, los Países Bajos, norte-este de Francia y el este de Inglaterra. Hoy en día sólo encontrará un puñado de ellos en un solo lugar: Oostduinkerke, una de las playas con más encanto de la costa flamenca.
Por supuesto, el hecho de que esta antigua forma de pesca se siga utilizando en esta playa se debe a la gran sensibilidad por las tradiciones que mantiene la población de Oostduinkerke, y también al hecho de que Oostduinkerke tenga una playa ideal, con una pendiente suave, sin obstáculos bajo el agua.
Además, la playa de Oostduinkerke, debido a su situación y su topografía, conforma una zona de alimentación ideal con cebo excelente para los camarones.
La pesca del camarón se lleva a cabo durante la marea baja, tanto en verano como en invierno, durante unas dos horas, es decir, una hora antes y una hora después de la bajamar. Los pescadores, vestidos tradicionalmente, con brillantes impermeables amarillos y botas altas de goma, suben a la silla. Unas breves palabras de mando, y se van. Los caballos avanzan a un ritmo constante, los unos al lado de los otros, arrastrando las redes hasta que recogen las presas.
De vez en cuando, los pescadores y su montaje salen del agua para vaciar la red y poner el contenido en dos cestos de mimbre fijados a cada lado del caballo.
Por lo general, el caballo es un semental de la raza robusta Brabante o Henao, ya que para este trabajo se requiere fuerza excepcional y capacidad de resistencia. Hubo un tiempo en el que el pescador utilizaba mulas de montaña que llegaban a la costa en convoyes. Pero las mulas son hoy cada vez más raras y el coste de transporte demasiado elevado.
Tan pronto como los pescadores regresan a casa, los camarones se cocinan y se ofrecen directamente a la venta por el pescador y su esposa. + INFO
