Testigo directo de la barbarie

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Formato: Cartoné Tamaño: 23 x 30,2 Páginas: 160Color ISBN: 978-84-679-2041-3 PVP: 22,00 € Editorial: Norma Editorial

Marco Rizzo y Leilo Bonaccorso acercan la figura de Jan Karski el hombre que mostró a las potencias aliadas la barbarie nazi en Polonia

A finales de 1942, la Segunda Guerra Mundial había tenido ya lugar la batalla de Stalingrado y las tropas alemanas habían iniciado su larga retirada. Mientras, en Polonia, los nazis seguían aplicando con toda su dureza el Generalplan Ost un plan secreto nazi de genocidio y limpieza étnica, concebido para ser realizado en los territorios ocupados.

Fue en ese momento cuando Jan Karski, nacido Jan Kozielewski, miembro de la Resistencia polaca en la contienda y posteriormente académico en la Universidad de Georgetown, llevó a cabo la misión de informar al Gobierno polaco en el exilio y a los Aliados occidentales acerca de la situación durante la Ocupación de su país, especialmente la destrucción del Gueto de Varsovia, y el secreto de los campos de exterminio nazis.

Anteriormente, había sido hecho prisionero por el Ejército Rojo y condenado a trabajos forzados en un GULAG, del que sobrevivió gracias a un intercambio de prisioneros de guerra polacos, con lo cual se salvó de la masacre de Katyn. Posteriormente se fugaría y formaría parte de la resistencia polaca. Todas esa andanzas son recogidas en un trabajo que recoge su lucha por hacer ver a las potencias occidentales la situación de su país con un realismo descarnado.

La realidad más cruel

Pero es en el tramo final de la novela gráfica cuando la obra muestra su cara mas dramática. Rizzo y Bonaccorsco desvelan en los últimos capítulos toda la crueldad que los nazis aplicaron en Polonia. Era necesario que los aliados comprendieran la situación de indefensión que vivían los judíos para evitar el exterminio que se estaba cometiendo con ellos. Karski será enviado al Geto de Varsovia para rendir cuenta de la situación padecida por todos aquellos que todavía no habían sido deportados a los campos de exterminio.

El joven partisano recorrerá lo que queda del geto, salpicado de cadáveres desnudos que las familias apilaban en los laterales de las calles al no tener dinero para poder pagar un entierro digno. Allí, los niños jugaban entre restos humanos, no había alimentos ni medicinas y la gente moría de hambre mientras la juventudes hitlerianas aplicaban el Judenjag: la caza del judío.

Posteriormente recibirá del Gobierno polaco en el exilio una última misión: la visita al campo de extermino de Izbica Lubelska, donde conseguirá infiltrarse con la ayuda de un guardia. Esta parte de la historia es descrita con toda su crueldad con fragmentos de textos de la “Historia de un estado clandestino” del propio Karski ilustradas con imágenes de la vida en el campo.

Con diferente éxito, 1942 Karski informó a los gobiernos polaco, británico y de los Estados Unidos sobre la situación en su país, especialmente la destrucción del Gueto de Varsovia y el Holocausto. Hoy, Rizzo y Bonaccorso nos traen una estupenda novela gráfica que nos habla del compromiso de un hombre por acercar al mundo una realidad que hasta entonces, por increíble que parezca, permanecía oculta.

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