[En esta época de fin de año, es una época de cambios, donde cerramos un periodo de tiempo y comenzamos otro. Son días en los que es habitual hacer propòsitos y promesas para el nuevo año, y muchos de ellos tienen que ver con el avanzar hacia ser mejores personas, y vivir más felices y satisfechas con nosotros mismos. Por ello he seleccionado este post publicado el 27 de Enero porque, cada día, y cada año, supone una nueva oportunidad para vivir la vida que queremos vivir, siendo más “nosotros/as mismos/as”]
Aunque puede parecer algo sencillo, no siempre vivimos la vida que queremos vivir. Es fácil dejarse arrastrar por “lo que debemos hacer”, “lo que está bien visto”, “lo que es oportuno a ojos de todo el mundo”. La influencia social ejerce su poder y nos atrapa en una forma de comportamiento que no siempre no satisface.
Ser uno mismo supone vivir desde nuestra esencia, la vida que queremos vivir, eliminar el personaje. Es ser como somos cuando nos encontramos sin miedos, o con personas de mucha confianza. Tiene mucho que ver también con la Autenticidad, con una vida acorde a nuestras creencias y valores.
Partiendo de este planteamiento, son muchas las personas que se acercan a procesos de coaching individual o a formaciones que lo permitan avanzar hacia una vida más plena y satisfactoria.
Y me gustaría hacer mención en este sentido a un psicólogo de referencia para todas aquellas personas y profesionales que acompañan en estos procesos de cambio a las personas. Se trata de Carl Rogers, el creador de la llamada “Psicología Humanista”. Rogers fue capaz de ver más allá de un enfoque psicoanalítico que es lo que predominaba entre los psicólogos de los años 50, y el enfoque conductista, demasiado centrado en el “Hacer” o en la “manifestación conductual visible”. Rogers señala que toda persona tiene una potencialidad innata dirigida a desarrollar sus potencialidades hasta el mayor límite posible. Es decir, todo el mundo desea vivir la mejor vida posible. Además, considera al hombre en los siguientes términos: positivo, se mueve hacia adelante, constructivo, realista y digno de confianza. Tiende hacia el desarrollo, es sensible, responsivo (que da respuestas), creativo y adaptable.
Os dejo algunas de sus enseñanzas de este autor de modo muy resumido:
Soy de la creencia, igual que Rogers, que las personas somos como un río en constante cambio, y no como un bloque sólido no modificable. Esto nos permitirá ir siendo cada vez mejores personas día a día, viviendo más plenamente.
Referencia:
CARL Rogers. El proceso de convertirse en persona: Mi técnica terapéutica Buenos Aires, Paidós, 1961
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