Fue un gran beso, el beso perfecto, el que toda su vida había soñado como tal. Tuvo la duración ideal, la intensidad imprescindible, la adecuada colaboración mutua… un beso excelente, sublime, difícil de superar. Por eso le jodió tanto cuando escuchó aquella desagradable orden:
– ¡Corten!
Roberto Moso
Y aquí acaba la historia de este blog de Pompas de Papel. A partir de…
Última entrega por esta temporada del concurso de Pompas de Papel en el que Bego…
Sardinerak es el quinto título de la colección de álbumes trilingües Ipuinak que edita la…
Gizakiaren bizitza distantzian egiten den ekintza baizik ez denez, Edalontzi baten barruan dir-dir egiten duen…
Es el autor de este libro un ciudadano sensato que, preocupado por el futuro del…
View Comments
En tan pocas líneas un texto cojonudo. Enhorabuena!