Pompas de papel

Amaia Lapitz eta erregina gorriaren hilobia supone el reencuentro de Katixa Agirre con el público juvenil. Esta joven autora gasteiztarra, que ha firmado notables libros de relatos como Sua falta zaigu o Hábitat, inaugura con este nuevo trabajo una colección que llevará el nombre de la heroína de esta aventura que transcurre en México.

Amaia Lapitz es una jovencita de trece años, curiosa e intuitiva, que a pesar de preferir pasar el verano en Irlanda para estudiar inglés, acompañada de una amiga, terminará en Chiapas con su madre arqueóloga. Ya en la primera noche Amaia vivirá una experiencia terrible: será ella quien encuentre el cadáver del hombre que, horas antes, les había recibido en el aeropuerto. El cuerpo aparece a los pies de un templo maya.

La joven se verá involucrada en la investigación, en la que se cruzará un joven, Mario, que se ofrece a ayudarla a esclarecer la verdad.

Por otro lado, en Amaia Lapitz eta erregina gorriaren hilobia se relata otra trama, protagonizada por dos investigadores del siglo XIX, muy documentada, que irá ofreciendo al lector datos y pistas del misterio que centra la novela.

Aunque, en principio, este libro está dirigido a jóvenes de edades comprendidas entre los doce y los dieciséis años, clasificaciones éstas siempre relativas, es muy probable que Amaia Lapitz guste también a los treintañeros, una generación dada a cierto revival nostálgico. Digo esto porque, a pesar de que la protagonista es una chica moderna, que como todos los jóvenes de su edad utiliza las nuevas tecnologías, se viste a la moda, y se desenvuelve en base a patrones contemporáneos, hay, en la forma de narrar de Katixa Agirre un estilo clásico, como de otro tiempo, algo cálido, que recordará a muchos las lecturas de Los Cinco, Los Hollister o Trixie Belden. Las bonitas ilustraciones de Alex Orbe encajan perfectamente con el estilo que envuelve esta historia de intrigas y aventuras como las de ayer para jóvenes de hoy.

Txani Rodríguez