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El tocho. La parranda del gallego Eduardo Blanco-Amor

Cuando yo era todavía un muchacho, seguía hablándose del asunto este entre las gentes de Auria, ciudad donde nací y donde los sucesos ocurrieron. Se contaba de muchos modos, y las coincidencias no casaban más que al final, que en todos era el mismo.

Al ir haciéndome mozo y dar en esa lamentable manía de escribir, hablé con la gente de aquel tiempo, pregunté a unos y a otros y leí los viejos diarios locales que pude encontrar, amontonados y en desorden, en el desván del Casino de Caballeros. Este era el centro de reunión de las “fuerzas vivas” y de los comerciantes maragatos, que, por ser todos ellos denodados jugadores de mus y de codillo, carecían de pasión por las crónicas locales capaces de convertirse en historia o en literatura, y estaban, asimismo, privados de toda propensión a cualquier ordenamiento coleccionista que fuese más allá de sus contabilidades y expedientes”.

Así comienza La Parranda (A Esmorga) de Eduardo Blanco-Amor. Rescatamos a un extraordinario escritor gallego, nacido a fines del siglo XIX en Orense y muerto en Vigo en 1977. Blanco-Amor emigró en su juventud a Buenos Aires donde residió cincuenta años, y además de dedicarse al periodismo, publicó una variada obra, tanto en gallego como en castellano. Es autor de, al menos, dos novelas magníficas: La catedral y el niño, reeditada por Libros del Asteroide en 2014, y la que hoy recordamos, todo un hito de la literatura gallega, publicada en 1959 con el título de A esmorga, y traducida al castellano por el propio autor.

Blanco-Amor pasa de su barroquismo característico, en la breve introducción del supuesto investigador de los hechos, a recrear con maestría el habla popular, por medio de uno de los tres protagonistas: Cibrán el “Castizo”, quien cuenta en primera persona, ante el juez, los acontecimientos, tal y como él los vivió. El lunes por la mañana salía de la chabola de su querida con la intención de no faltar al trabajo, cuando inesperadamente encuentra a sus dos amigos, Juan el “Bocas” y Eladio el “Milhombres”, que están de parranda. Enseguida consiguen torcer su voluntad y que se una a ellos para seguir la juerga. El hielo invernal y la lluvia inmisericorde no les impiden dar tumbos entre tabernas y prostíbulos, de donde son rechazados dejando siempre un rastro destructivo a su paso, regado con abundante vino y aguardiente.

En la relación entre el Bocas y el Milhombres hay una pulsión homosexual y algo masoquista, que Cibrán, a menudo, describe con rechazo. Esta será la causa del funesto desenlace, cuando el violento y testarudo Bocas, líder del grupo, decide terminar la parranda yaciendo con mujer.

Hasta aquí el apretado resumen, de una novela de cortas dimensiones, pero de largo calado en el recuerdo. La Parranda es un alucinado y trágico viaje al fin de la noche, lleno de momentos memorables, escrito con una inmensa capacidad de sugestión, de la que dan prueba las dos adaptaciones cinematográficas que se han hecho de este relato.

La última impresión en castellano es de la asturiana Trea ediciones, de hace ya dos décadas. Les aseguro que vale la pena conseguirla, y que disfrutarán con la rica y recia prosa del autor, mientras comparten el brutal descenso a los infiernos de los tres juerguistas de La Parranda de Eduardo Blanco-Amor.

Javier Aspiazu

Las infidelidades amorosas de Pilar Tena

Pilar Tena (Madrid, 1955) ha tenido una vida muy intensa. Licenciada en derecho y ciencias de la información, ha desarrollado prácticamente toda su vida profesional en instituciones, públicas o privadas, relacionadas con el mundo de la cultura. Ha vivido por todo el mundo, desde Madrid a Londres, desde Nueva York a Nueva Delhi, desde Dublín a Sidney, desde Estocolmo a Ginebra… Actualmente es directora del Instituto Cervantes en los Países Bajos, en Utrecht. Además de todo esto es una notable escritora que había publicado hasta el momento un volumen de relatos, Contratiempos, dos novelas La embajadora y Luciana, y una reflexión, muy cercana a su experiencia personal, sobre el mundo del trabajo, titulada Cómo sobrevivir a un despido… y volver a trabajar. Y, ahora, a todos estos volúmenes acaba de sumar esta novela publicada por la editorial Tres Hermanas, Fin de semana, que cuenta la relación entre dos matrimonios, uno británico y otro español, a lo largo del tiempo, desde los ochenta hasta casi nuestros días. Lo que nos cuenta la autora acontece, como bien indica el título del libro, durante distintos fines de semana en Inglaterra y Cataluña. Una novela en la que se habla de la amistad y del amor, y del deseo, el engaño y la lealtad.

Está claro que la literatura de Tena, aunque no tenga un carácter autobiográfico sí se nutre mucho de sus experiencias, sobre todo de sus viajes y de los lugares en los que ha vivido. Seguramente los matrimonios que protagonizan la historia son gente que podría vivir en su entorno. Son matrimonios de clase acomodada, alta burguesía podríamos decir, compuestos por un lado por Luisa y Toni y por otro por James y Anna. Aunque hay que señalar que la autora pone el foco de su interés en el matrimonio español, y especialmente en Luisa, que vive muy bien, pero que nunca ha encontrado su papel en la vida: salvo ser esposa de un gran empresario y madre sobreprotectora, no ha sabido encauzar, por ejemplo, una vida profesional.

La narración está repleta de reflexiones sobre la deslealtad matrimonial, y sobre la “infidelidad”, que si es cometida por el hombre es achacable a una “alegría” pasajera, pero ¡ay, si la cosa es al revés!, si la infidelidad es femenina… Estas familias podrían ser muy liberales, pero el machismo era y en muchos casos sigue siendo abrumador. Y hay muchas preguntas que sobrevuelan toda la narración, especialmente una muy significativa: ¿merece la pena desvelar todos los secretos de nuestra vida?, o dicho de otra manera ¿importa la verdad absoluta? No hay una respuesta clara al dilema.

Por cierto que aunque transcurre mucho tiempo en la historia, unos treinta años, no se le da mucha relevancia a los acontecimientos históricos o sociales. Quizás porque de lo que se pretende hablar es del interior de las cosas y no del exterior. Aunque hay una excepción en la novela por donde se cuela el exterior, la subtrama que protagoniza Flora, la hija de Luisa y Toni, y su desgraciada experiencia como lectora para una editorial, cuando sufre el acoso laboral de su jefa, algo muy actual. No deja de sorprender en todo caso este añadido porque si se eliminara prácticamente no afectaría a la historia principal. Y no decimos que no sea interesante lo que se cuenta, porque habla del dolor de vivir, de la presión de cumplir unas expectativas familiares y sociales, pero… En fin.

En todo caso que no se nos olvide señalar lo bien que está escrita esta novela, la fluidez en la manera de contar, la magnífica construcción de los personajes, lo medido que está el tempo, la habilidad de la escritora para irnos dando poco a poco los elementos necesarios para entender toda la complejidad de las relaciones que se establecen entre los protagonistas y los secundarios del libro. Da la sensación de estar todo muy trabajado, muy pulido, muy pensado.

Fin de semana una novela que seguramente te llevará con ansiedad a comprar el resto de la bibliografía de Pilar Tena.

Enrique Martín

Clara Sánchez y las jaulas doradas saudíes

La escritora y filóloga española Clara Sánchez (Guadalajara, 1955) acaba de publicar en la editorial Planeta la novela Infierno en el paraíso. Sánchez pasó su infancia en Valencia y acabó estableciéndose en Madrid. Tras desempeñar otros trabajos, enseñó en la universidad y participó en distintos medios. En 1989 publicó la novela Piedras preciosas, a la que siguieron, entre otras, El palacio varado (1993), Últimas noticias del paraíso (Premio Alfaguara de Novela 2000), Presentimientos, Lo que esconde tu nombre (Premio Nadal de Novela 2010), su continuación Cuando llega la luz (2015), Entra en mi vida (2012), El cielo ha vuelto (Premio Planeta 2013), y El amante silencioso (2019). Su obra, traducida a más de veinte idiomas, la ha convertido en una de las autoras españolas más reconocidas y leídas porque ha vendido más de dos millones de libros. En sus últimas novelas ha buceado en algunos de los horrores de nuestros tiempos. Nos ha hablado de niños robados, nazis no tan escondidos, sectas inmisericordes y ahora de las princesas saudíes atrapadas en jaulas de oro. Porque en Infierno en el paraíso se nos cuenta la historia de Sonia, una camarera de 27 años que trabaja en el selecto Beach Club de Marbella, que frecuentan jeques, reyes y princesas del Golfo Pérsico. Una de estas princesas es Amina la joven esposa, su segunda esposa, del viejo rey Fadel de Arabia Saudí. Ella tiene 17 años y se siente atrapada y más cuando se enamora de un hombre joven. Amina pedirá ayuda a Sonia para escapar y entonces se desatará el infierno. Con la autora hemos charlado. Pincha y disfruta de la conversación.

El tocho. El inocente, de Mario Lacruz

Suspiró profundamente y se recostó en el asiento, alisando con la mano el borde del abrigo. Las puntas de los dedos recorrieron de un modo automático el tejido de colores discretamente pálidos; era su mejor abrigo de entretiempo. Le gustaban los tonos opacos y, como decía Sebastián, el sastre, “el dibujo poco decorativo”. A veces, las deliberaciones que sostenían Sebastián y él ante una tela hubieran podido tomarse por la discusión de dos expertos ante un lienzo maestro. Sin embargo, bastaba una ojeada a su persona para que en todas partes fuera anunciado con la misma frase invariable: “Está aguardando un caballero”. Sebastián sostenía, con modestia profesional, que se limitaba a “adaptar la ropa al cliente, a su psicología, ¿comprende?, procurando no romper el equilibrio necesario”.

Así comienza El inocente de Mario Lacruz. Recordamos así el exitoso debut en la novela de un escritor que dejó a un lado su vocación durante décadas para convertirse en uno de los grandes editores de la posguerra. En Plaza y Janés, Argos Vergara y Seix Barral, su labor fue fundamental para dar a conocer a docenas de escritores que hoy son ya clásicos. Pero antes de su larga y fecunda trayectoria como editor, el barcelonés Mario Lacruz publicó en 1953, con solo 24 años, esta sutil y sorprendentemente madura novela que es El inocente. Aclamada por la crítica del momento, fue galardonada con el efímero premio Simenon, y se la consideró precursora de la novela policiaca española.

Con una compleja estructura circular en la que se intercala el tiempo presente con los recuerdos de los personajes, el estilo directo y el indirecto, El inocente cuenta la historia de un experto en música, Virgilio Delise, que vive ocioso de la herencia de su madre hasta que las circunstancias parecen señalarle como autor de la muerte de su padrastro, el antiguo guerrillero Loreto Montevidei. Delise escapa de la policía al comienzo de la novela, y eso no hace sino confirmar las apariencias. El joven y ambicioso inspector Doria está convencido de que es culpable y, para demostrarlo, se permite, incluso, ocultar el inesperado dictamen del forense. Delise pide ayuda al abogado Costa y al periodista Muoli, pero nada pueden hacer por él, y la persecución se estrecha cada vez más… Hasta aquí los mimbres de un argumento desarrollado con la precisión de un reloj suizo, cuyo final les invito a descubrir.

Esta trama en apariencia policiaca suscita, sin embargo, una inquietante reflexión sobre la culpa, y su poder para alterar el destino. Delise es inocente, pero se siente culpable, siente que ha de pagar por hechos que nunca conoceremos y que están únicamente sugeridos por el autor. Este maneja de forma magistral la elipsis narrativa y, no solo Delise, todos los personajes son como icebergs de los que se cuenta una pequeña parte, pero se les presume un amplio pasado.

Novela psicológica, por tanto, casi más que policiaca, escrita con un lenguaje depurado y conciso, El inocente resulta un admirable logro narrativo, cuya lectura sorprende y subyuga al mismo tiempo. Las editoriales Anaya o Debate les permitirán recuperar la novela más conseguida de un gran escritor: El inocente, de Mario Lacruz.

Javier Aspiazu

Las vidas secretas de Arantza Portabales

Arantza Portabales nació en Donostia en 1973 y es una de las escritoras en lengua gallega (aunque también escribe en castellano) más importantes del momento. Seguramente os extrañará lo de lengua gallega y nacida en la capital guipuzcoana. Pero es fácil de explicar. Sus padres llegaron a Euskadi como inmigrantes gallegos, aquí nació Arantza, y se volvieron otra vez a Galicia cuando nuestra la escritora tenía quince años. Portabales es abogada, trabaja como funcionaria de la Xunta, y comenzó a escribir hace bien poco, hace tan solo seis años. Pero fue empezar y no parar, y además con gran éxito. Se forjó en el microrrelato, publicando, en castellano, el libro A Celeste la compré en un rastrillo. Y a partir de aquí comenzó su producción en gallego: una novela negra titulada Sobrevivindo, que se publicó por entregas en un diario y luego en formato de libro, aunque no ha sido traducida al castellano; Deixe a súa mensaxe despois do sinal (Deje su mensaje después de la señal en castellano), una novela intimista construida a base de monólogos que habla del empoderamiento de la mujer, que ha sido un gran éxito y que se ha publicado en varias lenguas; y después otra novela negra, impresionante, Beleza vermella, que publicó Lumen en castellano como Belleza roja.

Ahora Arantza ha decidido recuperar a los protagonistas de aquella historia criminal, el torturado inspector de policía Santi Abad y su ayudante la subinspectora Ana Barroso, para hacerles protagonizar A vida secreta de Úrsula Bas. Si en Belleza roja investigaban el asesinato de una joven en la casa familiar, en La vida secreta de Úrsula Bas se adentran en los entresijos de un caso endiablado que comienza con el secuestro de una escritora famosa y se va complicando con el asesinato de otra mujer, acontecido en el pasado, y con la posibilidad de que estén ante un asesino en serie. En paralelo a la resolución del caso, los protagonistas tendrán que ir aclarando en qué punto está su relación, tras la ruptura provocada en el final de la primera novela, y solucionar sus problemas personales y de comportamiento.

Portabales es una entusiasta de los misterios derivados de la vida familiar, donde se esconden todo tipo de secretos, porque “nada es lo que parece” y donde los investigadores deben practicar el angustioso, y peligroso, ejercicio de “levantemos las alfombras y ya veremos”. La novela bucea también en el mundo editorial, y concretamente en el mundo que rodea a los escritores de éxito, donde tampoco es oro todo lo que reluce. Lo que viene a decir la escritora es que llegar cuesta, pero mantenerse en la cima mucho más. En este sentido los lectores no tienen que hacer grandes esfuerzos para identificar algunos perfiles de la novela con personajes reales. Especialmente interesante es cómo retrata la autora a los que están detrás de las escritoras de éxito, sus parejas y sus familias. Quizás sean una caricatura, en algunos cosas, pero más cercana a la realidad de lo que pudiera parecer. Por cierto que en la pareja protagonista ha introducido un elemento “tensionador”, la figura del comisario Alex Veiga, que tiene un papel más protagonista que el anterior comisario.

Por lo demás los diálogos de la novela siguen siendo electrizantes, lo que da un gran dinamismo a la narración. Hay que reconocer que Portabales tiene un gran oído y ella sabe que éste es uno de sus puntos fuertes. Hasta el extremo de que hay momentos que parece que estuviéramos ante guiones casi cinematográficos. Lo tendrían muy fácil los que quisieran adaptar las aventuras de Abad y Barroso a la pequeña o gran pantalla. Todo indica, tal como termina esta novela, que la serie no acaba y que habrá más historias ambientadas en Santiago de Compostela y alrededores de estos dos policías que se han convertido ya por méritos propios en parte de nuestro paisaje favorito de la novela negra. Entretenimiento con mar de fondo.

Enrique Martín

Juan Bas relata las vivencias y los miedos de un alcohólico

El escritor Juan Bas  (Bilbao, 1959) acaba de publicar en la editorial Alrevés la novela Una cuestión de alcohol. Bas fue guionista de radionovelas de humor, de cómic (El Víbora, Cimoc…) y de numerosas series de televisión (Farmacia de guardia, Turno de oficio…). Ha publicado, entre otros libros, los volúmenes de relatos Páginas ocultas de la historia (1999), escrito con Fernando Marías, y La taberna de los 3 monos y otros cuentos alrededor del póquer (2000); y las novelas El oro de los carlistas (2001), Alacranes en su tinta (2002), La cuenta atrás (2004), Voracidad (2006), Premio Euskadi de Literatura 2007, y Ostras para Dimitri (2012). Es autor también de los inclasificables Tratado sobre la resaca (2003) y La resaca del amor (2009). Y de la compilación de artículos de prensa El número de tontos (2007). Ha sido traducido al francés, alemán, italiano, ruso, búlgaro, noruego y euskera. Es columnista de opinión en los periódicos del grupo Vocento. Dirige desde 2010 el Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor Ja! Bilbao. En Una cuestión de alcohol su protagonista, Julio Ejido, cuenta en primera persona sus problemas con el alcohol. Un hombre que asegura que “solo creo en la culpa, en su persistencia, en la inutilidad del arrepentimiento, en lo fútil que es el transcurso de la vida, en la pérdida de toda ilusión, en la conmovedora belleza de algunas mujeres maduras, en cierta armonía de las contradicciones, en la decepción propia y ajena, en lo que te salva de la locura o te lleva a ella, en la inevitable seducción del caos y en la sed, en esta constante y maldita sed.Juan Bas habla en esta novela de las consecuencias de nuestros peores actos, de cómo miramos con dureza hacia los demás y hacia nosotros mismos, de las decisiones equivocadas y de las mutaciones incontrolables de la memoria sobre lo que se ha creído vivir. Con el autor hemos charlado. Pincha y disfruta con la conversación.

Edurne Portela y las heridas sangrantes de la Guerra Civil

Edurne Portela es vizcaína (nació en Santurtzi en 1974) y entró en nuestras vidas cuando hace cinco años publicó el magnífico estudio sobre la violencia en Euskadi titulado El eco de los disparos. Cultura y memoria de la violencia. La publicación de este libro le sirvió para dar un viraje a su carrera, abandonó Estados Unidos, donde ejercía de profesora de literatura española y latinoamericana en la universidad, y comenzó a escribir literatura. Y llegaron dos novelas Mejor la ausencia, entroncada de alguna manera con su ensayo y con la experiencia de crecer en la Euskadi de la cultura violenta, y Formas de estar lejos, en la que se adentraba en la violencia machista dentro de un matrimonio de intelectuales. Y ahora llega su tercera novela.

Los ojos cerrados cuenta dos historias que se entrelazan de manera muy peculiar. Por un lado la de la pareja formada por Ariadna y Eloy que ha decidido dejar el campo por la ciudad para, entre otras cosas, intentar arreglar lo suyo, aunque algún secreto hay en esta decisión. Y por otro lado la “pareja”, entre comillas, que forman la propia Ariadna y Pedro un anciano que ha sufrido, como muchas personas, las consecuencias de la violencia y la muerte provocadas por la Guerra Civil y que ve “algo” en Ariadna que tiene que ver con ese pasado. La novela busca registrar los “ecos de la violencia” de la Guerra Civil. Ecos que se están apagando porque los protagonistas de esa violencia, victimarios y víctimas están desapareciendo.

Hay por tanto en este libro como una necesidad imperiosa de conservar la memoria de la guerra. No se puede abogar, como abogan algunos, por olvidar y pasar página, para “garantizar la convivencia”, porque el olvido siempre beneficia a los verdugos. Debemos recordar que gran parte de la memoria de la Guerra Civil se ha articulado en torno a silencios y susurros, aquello de lo que hablaban los adultos en voz baja para que los niños no se enteraran, para que “no sufrieran”. Eso ha creado un relato totalmente distorsionado del conflicto, ya que las nuevas generaciones no conocen la verdad y tienen que conocerla para que la justicia encuentre su camino. Porque si no hay justicia puede brotar la venganza, que aunque nos repugne podemos llegar a comprenderla.

El paisaje es muy importante en este libro como en todas las novelas de  Edurne Portela. Un paisaje que se parece al paisaje vital que ha ido acompañando a la autora en sus novelas. En Mejor la ausencia era el paisaje de Santurtzi de su infancia y adolescencia; en Formas de estar lejos eran los campus universitarios de Estados Unidos donde trabajó; y ahora en Los ojos cerrados esa Sierra de Gredos donde vive. Hay por tanto una trama imaginada, pero muy pegada a la realidad histórica, y un paisaje muy real o casi.

Otro asunto a destacar es la estructura de la novela que funciona como un puzle, con muchos flashes que el lector debe ordenar. Hay bastantes voces, de los protagonistas principales y de algunos secundarios. Varias de esas voces se mueven además entre el presente y el pasado. Algunas de ellas están afectadas por el paso del tiempo y por las penurias sufridas y pueden llegar a no ser muy creíbles: hay en este sentido alguna “voz rota”. Y en algunos momentos habla el entorno, el viento y los lobos, con lo que la narración se vuelve telúrica, con ribetes de fábula mitológica, de cuento tradicional. Suena complicado, pero la lectura se hace muy fluida y placentera.

Este libro parece formar parte de un ciclo, consciente o no, sobre la violencia: política, machista, guerracivilista, que no sabemos si la autora continuará. Poco importa, lo relevante es que escriba lo que escriba Edurne Portela ahí estaremos para leerlo porque se ha convertido en una escritora notabilísima, que llega al corazón y que te obliga a pensar.

Enrique Martín

José Sanclemente y la náusea de la corrupción política

El escritor catalán José Sanclemente (Barcelona, 1957) acaba de publicar en Roca Editorial la novela Regeneración.  San Clemente es economista y experto en medios de comunicación. Ha sido consejero delegado de Grupo Zeta y consejero de Antena 3 TV, presidente de la Asociación de Editores de Diarios Españoles, promotor y fundador del diario ADN y consejero de la Casa Editorial El Tiempo de Bogotá. En la actualidad es presidente de Diario de Prensa Digital, editor de eldiario.es. Regeneración es la cuarta novela, tras Tienes que Contarlo, No es lo que parece y Esta es tu vida, protagonizada por la periodista Leire Castelló y el inspector de policía Julián Ortega. La acción arranca cuando Leire Castelló es contratada por el periódico Liberación de Madrid, un diario en decadencia que pretende influir en la política y la economía de la capital. Leire ha dejado Barcelona para situarse en primera línea de la información política donde las empresas del IBEX, las instituciones y los partidos políticos están inquietos ante el resultado de unas próximas elecciones que pueden acabar con el bipartidismo, y en las que también las cloacas del Estado actuarán para impedirlo. Leire, distanciada de su compañero sentimental, el inspector Julián Ortega de la Brigada Criminal de Barcelona, ejercerá como reportera de investigación, con la promesa de su directora de que gozará de independencia y libertad. Pronto se dará cuenta de que nada es como se lo imaginaba, cuando un caso de asesinato en Barcelona, que investiga Julián, sea relacionado con otro que se produce en Madrid a las pocas horas, el del presidente de la Sareb (el banco malo que se quedó con los activos inmobiliarios de los bancos buenos para acudir al rescate de estos). Ambos muertos fueron objeto de escraches, organizados por miembros del Partido Adelante, un nuevo partido progresista surgido tras el 15 M. Las acusaciones del Gobierno a la líder de Adelante serán brutales: «La violencia engendra violencia» y «de aquellos escraches llegan estas muertes». Sin embargo todo podría ser una cortina de humo para tapar un caso de corrupción del partido conservador al haber adjudicado pisos de protección oficial en manos del banco malo a extraños fondos buitre. El inspector Ortega y la periodista Castelló colaborarán para desentrañarlo y se reavivarán entre ellos antiguos desencuentros y pasiones. Con el autor hemos charlado. Pincha y disfruta de la charla.

Karina Sainz Borgo y los muertos que a nadie importan

La periodista y escritora venezolana Karina Sainz Borgo (Caracas, 1982) acaba de publicar en el sello Lumen la novela El Tercer País. Sainz Borgo, afincada desde hace un tiempo en España, es periodista cultural y escribe sus artículos y entrevistas para varios medios. Además ha publicado unos cuantos libros periodísticos como Caracas hip-hop, Tráfico y Guaire. El país y sus intelectuales y Crónicas barbitúricas. Hace dos años nos sorprendió a todos con su primera novela, La hija de la española, una novela soberbia sobre una Venezuela desvencijada y desmantelada que fue traducida a veintiséis idiomas y recibió muchos premios. El Tercer País es su segunda novela y hay que decir que entronca con lo mejor que ha dado la literatura latinoamericana desde los tiempos del Boom. La historia está protagonizada por Angustias Romero que, como tantas personas, huye de su localidad natal donde ya no se puede vivir, ha estallado la peste, para encontrar un lugar donde sobrevivir. Por el camino hacia la frontera perderá a sus dos gemelos sietemesinos y a su marido. Y en un mundo de narcotraficantes, paramilitares, caciques, políticos corruptos, miseria y explotación inmisericorde solo encontrará consuelo en una mujer extraordinaria y brava, Visitación Salazar, responsable de un cementerio ilegal, El Tercer País, donde entierra a los desheredados de la Tierra, aquellos de los que nadie quiere ocuparse. Pincha y disfruta de la charla.

El tocho. El botín de Julián Zugazagoitia

Era diciembre. Un día frío, tristón. Los días de diciembre, como se sabe, son cortos; pero lo que pierde el día lo gana la noche. Cuando el teléfono empezó a repartir la noticia, ya era de noche. Joaquín Oñate había muerto. Esta clase de noticias provocan un comentario banal o una reflexión dolorosa; depende, naturalmente, del efecto. Yo era uno de los buenos amigos de Oñate, y su muerte me impresionó. Y, sin embargo, había más de un motivo para esperarla. Joaquín Oñate había dispuesto con demasiada generosidad de su riqueza vital. Su demasiada pasión le impidió encontrar ese punto de equilibrio -un día de sensualidad y otro de ceniza, uno de pelea y otro de sosiego- que conviene a las derrotas largas. Repasar su vida era comprobar cómo no puede llevarse más lejos la lucha contra un destino hosco y pertinaz. Era natural que Joaquín sucumbiera pronto. En sus noches de efusión solía decir:

-Tengo un corazón irrazonable-

Así comienza El botín del político y escritor bilbaíno Julián Zugazagoitia, uno de los personajes destacados del movimiento socialista, que realizó una prominente labor periodística en diarios como El liberal, La lucha de clases o El socialista, periódico éste que llegó a dirigir. Antes de asumir la cartera ministerial de Gobernación en mayo de 1937, bajo el gobierno de Juan Negrín, Zugazagoitia había ya dejado conclusas varias novelas en las que recreaba la evolución de Bilbao, con su riqueza súbita y su activo movimiento obrero.

Es el caso de El botín, la primera novela de Zuga, como le llamaban los amigos, que se publicó en 1919. En ella nos cuenta la iniciación política y sexual de su alter ego Antonio Zúñiga, joven obrero, vástago de una familia religiosa y carlista, que tiene que enfrentarse a sus prejuicios para avanzar en el ideario socialista. La novela se sitúa temporalmente en el Bilbao de 1917, momento en que la primera guerra mundial permitió a múltiples negociantes bilbaínos hacer súbitas fortunas, y popularizar en sus salidas al extranjero el “agua de Bilbao”.

Los barrios populares hervían, por entonces, de animación; el autor nos pasea, en la iniciación sexual de su personaje, por los distintos tipos de mancebías, o prostíbulos, que podían encontrarse en la villa, de las más populares a las más selectas, y nos recuerda como la riqueza atrajo a miles de prostitutas francesas que competían con las autóctonas por el favor de la clientela.

Pero al mismo tiempo que esta efervescencia, las masas trabajadoras viven el mayor descontento ante la mengua comparativa de sus salarios. Tras aprovisionarse de armas en Eibar, se lanzan a la huelga general en agosto. Antonio es detenido formando parte de un piquete. Oye hablar de la represión, que causa doce muertos en Bilbao, encarcelado ya en Larrínaga. Allí también le llegan ecos de la evasión de Fernando Tuero, nombre con el que apenas se encubre la figura de Indalecio Prieto.

La accidentada fuga nocturna del dirigente a través de Archanda constituye el clímax de una novela escrita con un estilo sobrio, de frases cortas y contundentes. Con un léxico rico, algo arcaizante y un ritmo periodístico, El botín se convierte en un valioso testimonio del ambiente previo, el desarrollo y las consecuencias de la huelga general revolucionaria de 1917, en Bilbao.

Encontrarán El botín de Julián Zugazagoitia en la editorial Viamonte.

Javier Aspiazu