Pompas de papel

Txani Rodríguez (Llodio, 1977) es periodista, escritora y miembro activo de Pompas de Papel. Ha publicado el libro de relatos El corazón de los aviones, la novela Lo que será de nosotros y varios cómics infantiles que llevan su impronta en el guión. Agosto, su nueva novela, habla de personajes en búsqueda de la felicidad y el perdón, de veranos al encuentro del sur mítico y familiar, de un agosto anegado por las aguas, de barreras sociales, de complicadas relaciones materno-filiales y de amores inesperados.

En la novela se entremezcla el pasado y el presente. En el hoy encontramos a Berta e Ignacio, dos personas a los que la vida no ha tratado bien. Ella es viuda. Su marido fue atropellado cuando Berta se encontraba con su amante. El sentimiento de culpa es abrumador y las consecuencias las paga ella misma y su pequeña hija, además de la relación con su madre, totalmente rota desde que le reprochara su doble vida. Ignacio es director de recursos humanos de una gran empresa, un aparente triunfador. Pero su matrimonio es un fracaso: su mujer se ha marchado de casa y le ha pedido el divorcio. Ella proviene de una familia de emigrantes andaluces. Él forma parte de la alta burguesía vasca. En el pasado tuvieron una relación cercana cuando la madre de Berta, Manuela, cuidó a Ignacio siendo niño. Pero todo quedó destrozado por las inundaciones del 83, que es ese acontecimiento del pasado que se recuerda a cada momento.

La novela nos deja frases para el recuerdo: “Nunca deberíamos olvidar qué zapatos llevábamos puestos el día en el que dejamos, definitivamente, de ser inocentes”, “Tendríamos que guardar memoria exacta del instante en el que aprendemos a medir nuestras malas intenciones”, “Nadie recuerda el momento en el que supo que sus padres lo querían”, “En algún momento, todos hacemos cosas que nadie debería ver, como desgarrarse la voz de pura rabia, escupir demonios ó llorar sin admitir consuelo”, “Puede que las alegrías sean humildes, pero la felicidad nunca lo es”. Sabiduría.

Una novela que trata de la pérdida de la inocencia, de reencuentros con raíces cada vez más lejanas y de segundas oportunidades.  Y Txani Rodríguez lo hace todo apelando a la hondura de los sentimientos y sin caer nunca, jamás, en la lágrima fácil. Una literatura cálida repleta de dolor y de esperanza: la vida misma.

Enrique Martín