Pompas de papel

Hay formas y formas de empezar una trayectoria, y me atrevo a decir que el nuevo sello de cómic, Salamandra Graphic, ha dado su primer paso de la mejor y más firme manera posible. Estreno a lo grande, con la edición en castellano de Come Prima, de Alfred, extraordinaria novela gráfica que se ha llevado este año el gran premio en el Festival de Angoulême.

Come Prima es una historia de enorme fuerza, llena de vida y de sentimientos. Transcurre en la Europa de finales de los años 50, todavía recientes las heridas de la Segunda Guerra Mundial, y está protagonizada por dos hermanos, Fabio y Giovanni, separados desde hace diez años y que ahora se reencuentran por un motivo muy concreto: la muerte de su padre. Fabio es el mayor. En su momento optó por abandonar su pueblo natal en Italia y buscar suerte en el extranjero. Tras de sí dejó una familia rota por el dolor, y no sólo por su marcha, sino por sus relaciones con el fascismo. Tras una década sin saber nada el uno del otro, Giovanni encuentra a Fabio en Francia. Es un boxeador de segunda fila y acaba de perder un combate. El “cara a cara” es tenso, no tienen mucho que decirse, pero Giovanni convence a Fabio para que le acompañe hasta Italia, a enterrar la urna con las cenizas de su padre.

Comienza así un largo viaje a bordo de un Fiat 500, coche emblemático de una época y de un país, pequeño recinto en el que los dos hermanos hablan, intercambian opiniones y se hieren mutuamente con recuerdos y reproches. La vida no ha sido fácil para ninguno de los dos: uno vio incumplidos sus sueños, el otro tuvo que quedarse y cuidar las ruinas familiares. Sin embargo, a pesar del rencor y de los sufrimientos pasados, el viaje sirve de terapia. Los hermanos hablan, se explican y se comprenden. Algún secreto guardado se va desvelando, el rencor y los temores se diluyen y en las páginas finales ya sólo queda sitio para el futuro y la esperanza.

Come Prima, “como antes” en castellano, es también el título de una mítica canción italiana. Una balada que triunfó en 1958, el mismo año en el que transcurre esta novela gráfica, una obra espléndida, con colores y aromas mediterráneos, y que confirma a Alfred como uno de los grandes autores del actual cómic europeo. No os la perdáis.

Iñaki Calvo