Detrás de todo gran descubrimiento científico hay décadas, siglos de investigaciones, pruebas fallidas, cálculos erróneos, indicios que apuntan a algo grande pero que no llegan a concretarse. Y hay, sobre todo, el trabajo de cientos de personas, muchas de la cuales se quedan en el anonimato, ocultas bajo el espeso manto del olvido, sepultadas por el éxito de unos pocos privilegiados que, muchas veces por azar, logran demostrar teorías que revolucionan la historia de la ciencia. Y ese es el caso de la famosa teoría del Big Bang, que se publicó con ese nombre por primera vez en 1965 y que vino a confirmar que el origen del universo fue una enorme explosión cósmica ocurrida hace casi 400.000 millones de años.
Pero para llegar a esa conclusión y, lo que es más importante, demostrarla, hizo falta que decenas de científicos trabajaron sin cesar, alejados entre sí por miles de kilómetros, a lo largo del siglo XX. Y es el valor de todo ese trabajo el que quiere reflejar Cosmicómic, una novela gráfica sobre el descubrimiento del Big Bang que firman el astrofísico italiano Amedeo Balbi, y su compatriota, el dibujante Rossano Piccioni.
Por las páginas de Cosmicómic desfilan grandes genios, como Albert Einstein y su teoría de la relatividad; Edwin Hubble, incansable investigador que demostró la relación entre la velocidad y la distancia de las galaxias; Alexander Friedman, el matemático ruso que en 1922 esbozó la revolucionaria teoría del universo en expansión; y finalmente la pareja formada por Arno Penzias y Robert Wilson, radioastrónomos que se empeñaron en investigar un extraño ruido procedente del espacio. Trabajaban para la compañía Bell y querían eliminar ese ruido que afectaba a las emisiones radiofónicas. Era, ni más ni menos, que el ruido fósil de la explosión primigenia, el Big Bang, un término, por cierto, acuñado en 1949 por el científico británico Fred Hoyle, que quería burlarse de esta teoría sobre el origen del universo.
Penzias y Wilson ganaron el Premio Nobel de Física en 1978. Ambos siguen viviendo y trabajando en Estados Unidos. Otros han continuado sus investigaciones y, como dice en el epílogo el guionista Amedeo Balbi, “…Hasta donde sabemos hoy, es imposible echar la vista más atrás en el tiempo: pero las preguntas no han acabado y nosotros seguimos buscando las respuestas“.
Absolutamente fascinante Cosmicómic, una obra imprescindible publicada en castellano por Salamandra Graphic.
Iñaki Calvo
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