Pompas de papel

Hace más de cuarenta años empezaron a llegar a Europa series de animación japonesas, con la mítica Heidi a la cabeza, que sentaron a millones de personas, y no todas menores de edad, frente al televisor. Aquel impacto mediático, al que siguieron muchos otros, estuvo acompañado por el desembarco del manga en el Viejo Continente, que supuso también una auténtica revolución en países como Francia. La industria del cómic siempre ha gozado de buena salud en tierras galas, y dibujantes y guionistas pronto empezaron a estrechar lazos con el país del Sol Naciente. Decenas de dibujantes franceses trabajan hoy en Japón, especialmente en estudios cinematográficos, y uno de los más veteranos, Christophe Ferreira, es el ilustrador del cómic que hoy nos ocupa, El mundo de Milo.

Se trata de una obra escrita por el también francés Richard Marazano, guionista de sólida trayectoria creador de series tan destacadas como Cuervos o La Expedición, y que a su formación científica une un gran interés por la cultura oriental. Esto le ha llevado incluso a trabajar con artistas chinos, como el dibujante Xang Shiao, con quien sacó adelante la serie SAM, ambientada en un mundo post-apocalíptico. Y ahora, con la garantía de su experiencia conjunta, Marazano y Ferreira han unido fuerzas para adaptar en Europa un cuento chino, El mundo de Milo, una historia deliciosa que es todo un homenaje a Hayao Miyazaki, el gran genio del anime japonés que estuvo detrás de Heidi y que alumbró maravillas como El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke o El castillo ambulante.

Christophe Ferreira consigue con sus dibujos que disfrutemos de este cómic como si fuera una película de Miyazaki. El mundo de Milo es la historia de un niño que vive en un pueblo al cuidado de sus tres ancianas tías. Su padre está siempre de viaje, y Milo va de un lado a otro buscando modos de entretenerse. Un buen día, en el lago donde pesca cangrejos, nuestro protagonista encuentra nada menos que un pez de oro, un ser mitológico que le llevará hasta el mundo paralelo que existe al otro lado del lago. El pobre Milo no entiende lo que ha pasado ni por qué está en ese extraño lugar donde la magia flota en el aire, pero pronto averiguará que su presencia allí no es casual, y que debe jugar un papel decisivo en el destino de ese mundo fantástico.

El mundo de Milo es una propuesta distinta, tradición oriental pasada por un ligero tamiz europeo que da como resultado un cómic fascinante. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo