Pompas de papel

Hace tres años el escritor extremeño Jesús Carrasco alcanzó un gran éxito con su primera novela, titulada Intemperie, de la que se han vendido más de cien mil ejemplares, se ha traducido a veinte idiomas y tendrá incluso su correspondiente adaptación cinematográfica. Pero antes que al cine Intemperie ha sido traducida al cómic, gracias a la iniciativa de la editorial Planeta y la colaboración entre su autor y el dibujante Javi Rey, un profesional que trabaja sobre todo para el mercado francés y que ha sabido plasmar en imágenes el fascinante universo literario de Jesús Carrasco. Un reto difícil, convertir en viñetas las ricas descripciones que abundan en la novela y mantener su efecto sobre el lector.

Javi Rey lo consigue, y ante nosotros se desarrolla la historia de un niño que huye de su casa y su pueblo, sus infiernos particulares, y en su huída debe hacer frente a los rigores de una feroz sequía que ha convertido los campos en un paraje desértico y hostil. El amarillo y ocre de la tierra seca ocultan casi todo el verde, y en ese horno implacable nuestro protagonista encuentra la ayuda de un viejo cabrero, un veterano superviviente que sólo se relaciona con la gente de los pueblos para vender la leche de sus animales. El hombre conoce al milímetro la tierra que pisa, sabe dónde está cada sombra y cada pozo de agua, auténticos tesoros en ese páramo desolado. Sin explicaciones, que no hacen ninguna falta, el anciano se hace cargo del niño y le enseña su oficio y su modo de vida mientras siguen huyendo de sus perseguidores, hombres brutales liderados por un siniestro personaje, El Alguacil, dispuestos a todo con tal de hacer que su víctima vuelva al infierno.

Un western, una “road movie” trasladada a caminos polvorientos, una novela de ciencia ficción, una historia rural. Todo esto es Intemperie, un cómic con silencios llenos de diálogo, en el que no aparecen mujeres y en el que ni las personas ni los lugares tienen nombre, donde la sequía eterna ha convertido el campo en un desierto y la mayoría de la gente ha emigrado en busca de un sitio mejor. Un escenario similar al de la infancia y adolescencia de Jesús Carrasco en la provincia de Toledo, con pueblos aislados, llanos secos y restos derruidos de castillos. Imágenes y recuerdos imborrables que han servido al escritor para construir una historia sólida y emocionante, un viaje iniciático lleno de dolor y también de esperanza que Javi Rey ha convertido en un cómic cuya lectura supone una experiencia absolutamente recomendable. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo