Pompas de papel

Arrakastaren aparrak es el nuevo trabajo del escritor de Durango Iñaki Irasizabal, autor de varias novelas negras como Odolaren deia, Politika zikina o Aramotz;  y del libro de relatos Zorioneko familia, que publicó el año pasado. Bien, en esta ocasión Irasizabal no se aleja de su género favorito porque en esta historia hay más de una intriga, más de un cabo por atar y más de un asesinato también.

La trama gira en torno al personaje de Lujua, un hombre ya jubilado que fue una auténtica estrella de la televisión desde que aparecieron las cadenas privadas y la telebasura. “Estatu mailako telebista kate pribatuen sorrerak komunikabideen joerak eta arauak aldatu zituen. Ondorengo hamarkadetako telebistaren arauak ezarri ziren orduan (…). Kazetari hauatako batzuek botere maila izugarriak lortu zituzten. Eta dirutzak irabazi”. Bien, pues Lujua había sido uno de esos peces gordos, dueño de un gran poder, a quien más de uno le pedía favores.

Aunque, como decía, la trama gire en torno a Lujua el narrador y protagonista de la historia es un hombre joven, casado y padre de una niña, que trabaja en una productora de cine y televisión. Él contacta con Lujua porque desean sacar adelante un documental sobre aquellos tiempos y, aunque asegure que no, si puede sacar algún trapo sucio, mejor que mejor. Por ello, trata de contactar también con los tres hijos del pope de la tele, con Andoni, Oier y Maialen, y pronto sabremos que no estamos ante la típica familia feliz. Debido a un delito que comete Oier, uno de los hijos de Lujua, aquejado de una enfermedad mental, se reabrirá un caso del pasado, un caso sangriento: el del asesino múltiple Aitor García Renteria que, en principio, no parece tener ninguna relación con los Lujua.

Arrakastaren aparrak nos muestra cómo una mala decisión, por puntual que creamos que sea, casi siempre suele implicar otras malas decisiones; también reflexiona sobre lo poco que podemos llegar a conocer a las personas que tenemos a nuestro lado.

La novela, publicada en la colección Ateko banda, de Elkar, está recomendada también para el público juvenil, y para el adulto, claro.  Y ofrece un rato de lectura adictivo porque la trama, que tiene muchos puntos de giro, no deja de complicarse ni de sorprender.

Txani Rodríguez