Indonesia revive con el tsunami de Japón la tragedia de 2004
Acabo de llegar de un fin de semana increíble en una isla paradisíaca en la que he disfrutado de buena compañía, sol y paisajes de ensueño. Es sobre ello sobre lo que debería estar escribiendo ahora mismo, pero las noticias que llegan desde Japón me impiden hacerlo. Aunque el archipiélago nipón no se encuentra precisamente cerca de Indonesia, la similitud de lo ocurrido allí este fin de semana con el terrible tsunami que arrasó Sumatra en 2004 hacen que sienta esa tragedia (en cierto modo) cercana.
Prácticamente todos los medios indonesios recuerdan estos días lo ocurrido hace más de 6 años, en el Jakarta Globe se puede leer que “el pasado viernes los supervivientes del tsunami que en 2004 agitó el Índico permanecieron pegados a sus asientos cogidos de las manos mientras veían una y otra vez en la pantalla del televisor las imágenes del desastre en el norte de Japón. Unas imágenes muy familiares que traen a la memoria recuerdos dolorosos”.
Aquella mañana del 26 de diciembre de 2004 un terremoto de magnitud 9.1 en la escala Richter sacudió el fondo del Océano Índico provocando una ola gigante que impactó en una docena de países. Unas 230mil personas perdieron la vida, dos tercios en la región indonesia de Aceh, al norte de Sumatra.
Avanzando en el tiempo hasta este pasado fin de semana, me veo a mí en una isla paradisíaca pasando unos días con unos amigos huyendo de la contaminación y el caos de Jakarta. Tras un paseo en solitario por la playa regreso al encuentro de mis compañeros de viaje. Allí recibo la noticia: se ha registrado un fuerte seísmo en Japón y las autoridades han activado la alerta ante el peligro de tsunami en Indonesia. Al escuchar eso no puedo evitar sentir un escalofrío y el estómago me da un vuelco. Miro alrededor….la isla es prácticamente llana……(¡no hay a mano ningún alto, monte o ladera donde subirse!). Afortunadamente el susto dura poco, desde la embajada española nos informan que la alerta es solo para la zona norte de las Islas Molucas, y las provincias de Sulawesi y Papúa. La isla en la que nos encontramos está bien resguardada (se ubica entre las islas de Sumatra y Borneo por lo que es imposible que la ola gigante llegue a sus costas). Finalmente, sobre las 6 de la tarde (hora local) el tsunami, convertido ya en una ola de apenas un metro de altura, llega a Papúa. No provoca daños significativos.
Espero que este relato no sea interpretado como una anécdota frívola. Esa no es mi intención. Lo único que pretendo es transmitir lo que sentí al vivir de cerca un hecho como este, desde un lugar muy concreto como es el archipiélago indonesio (asentado sobre una de las zonas de mayor actividad sísmica del mundo), donde todavía hoy pesan, y mucho, los devastadores efectos del tsunami de 2004.
Geroarte!
*Para Eneriz. Tu aita siempre fue un referente para quienes amamos y creemos en la comunicación. Un ejemplo de trabajador incansable y de perseverancia en aquello en lo que uno cree. Besarkada bero bat.
Eskerrik asko, Mikel