En el corazón de viñedos de Languedoc, descubre paisajes bajo la influencia mediterránea y oceánica, visita bodegas y degusta con fuerza los comentarios de los viticultores, su producción, etc.
1er día
Desde su llegada, tómese el tiempo de sentarse a comer en la Marbrerie en Caunes-Minervois antes de salir para la visita de la ciudad de Minerve. Colgada en un promontorio rocoso tallado por dos ríos, el Cesse y le Brian, esta poderosa ciudad fue un refugio para los heréticos cátaros. Gracias al trabajo del agua, han aparecido puentes naturales. Pasará la velada en la Villa Limonade en Olonzac, en una de las habitaciones de huéspedes de ésta antigua fábrica de limonada del siglo XIX. Sus propietarios le proponen el descubrimiento del Minervois y de los vinos de denominación.
2º día
Tras un paseo matinal por las viñas y una comida en Minerve en el Relevo Chantovent, dedicará la tarde a visitar la Hacienda de Barroubio en Saint-Jean-de-Minervois antes de llegar a Siran para una noche en el Castillo. Este hotel con encanto instalado en una vivienda del siglo XVI, en el corazón del viñedo del Minervois, propone habitaciones muy bonitas decoradas con refinamiento y autenticidad. Allí degustará una cocina tradicional a partir de productos frescos.
3er día
Atravesará los viñedos de las Corbières, de Siran hasta Montseret donde le acogerán en el Castillo les Ollieux Romanis, con la etiqueta de Calidad Sur de Francia para una visita-degustación. De ahí, se dirigirá hacia la Abadía de Fontfroide, que también tiene la etiqueta de Calidad Sur de Francia y es miembro del Círculo de Prestigio. Aislada en un pequeño valle del Macizo de las Corbières, Fontfroide es una de las abadías cistercienses más grandes de Francia cuyos edificios, de arquitecturas variadas, son herencia de un pasado monástico dirigido hacia la plegaria y el trabajo. Los monjes de la abadía desempeñaron también, un papel importante en la lucha contra los cátaros, representantes de la ortodoxia frente a los heréticos. Hoy en día, ya no hay vida monástica pero los edificios están magníficamente conservados y muros a veces vibran durante las numerosas manifestaciones que se desarrollan en ellos.
La comida estará llena de colores ya que le emplazamos a acudir al corazón de los Mercados de Narbona, al “Rincon de la Clape” que propone un descubrimiento único de los vinos de la Clape. Dedique la tarde a visitar Narbona, antigua capital de la Galia narbonesa, posteriormente residencia de los reyes visigodos y ciudad archiepiscopal, cuyos museos albergan piezas únicas. No se pierda el Palacio de los Arzobispos, la Catedral, los vestigios de la Via Domitia y su magnífico Canal de la Robine.
Desde ahí, acudirá a la Hacienda del Hospitalet en Narbona-Playa, que cuenta con la etiqueta de Calidad Sur de Francia y es miembro del Círculo de Prestigio, donde 1.000 hectáreas de pinedas, viñas y garrigas ofrecen una vista que quita el aliento sobre el Mediterráneo. En pleno corazón del viñedo de La Clape, probará el buen vivir mediterráneo. Descubrirá desde su habitación una vista espléndida propicia para el descanso del cuerpo y del alma.
4º día
Su escapada por Languedoc-Rosellón terminará de manera apoteósica con la visita de la Ciudad de Carcasona, inscrita en el patrimonio mundial de la Humanidad por la UNESCO así como el Canal del Mediodía que atraviesa el centro de la ciudad. Se sumergirá en 2.500 años de una rica y movida historia. Antes de marcharse de Languedoc-Rosellón, haga una parada en el Castillo de Pennautier, verdadero “Versalles del Sur”, miembro del Círculo de Prestigio. + INFO
