“A mis veinticinco años era capitán de guardias del rey de Nápoles. Pasábamos gran parte del tiempo entre camaradas, y vivíamos como jóvenes que éramos, es decir, sin privarnos de las mujeres ni del juego, siempre que la bolsa estuviese provista, y filosofando en nuestros cuarteles cuando no nos quedaba otro recurso.
Una noche, después de habernos agotado en argumentaciones de toda especie en torno a un menguado frasco de vino de Chipre y de algunas castañas pilongas, la conversación recayó sobre el tema de la cábala y de los cabalistas.
Uno de nosotros pretendía que era una ciencia y cuyas prácticas eran auténticas. Cuatro de los más jóvenes sostenían que era un montón de despropósitos, una fuente de bellaquerías para embaucar a las gentes crédulas y divertir a los chiquillos.
El de más edad de todos nosotros, flamenco de origen, fumaba una pipa con aire distraído y no decía ni una palabra…”
El gran logro de esta sugestiva novela reside en el continuo juego de espejos entre ilusión y realidad que despliega Cazotte. Hasta tal punto es tupida la red de añagazas tejida por Biondetta, es decir, por el diablo, que el lector ve solo la imagen reflejada y resulta tan engañado como el propio personaje protagonista, Don Alvaro, cuyos ávidos deseos casi le llevan a la perdición. En este sentido la novela trasciende la pura fantasía y se convierte en una acertada crítica de la insaciabilidad de los deseos humanos. Pero no es esta visión alegórica de la naturaleza humana lo que interesará en mayor medida al lector moderno sino, más bien, el vuelo imaginativo de la trama, que no da respiro y sorprende a cada instante.
La vida de Cazotte tuvo también mucho de novelesco. Como sus cuentos de juventud no tuvieron eco, se trasladó a la Martinica donde trabajó como Inspector de Marina durante diez años y fue capaz de rechazar los ataques de la flota británica. Tras su vuelta a Francia y el éxito de El Diablo Enamorado, se unió a la secta iluminista fundada por Claude Sant-Martin con la que rompió años después al comprobar que éste no compartía su hostilidad por la Revolución Francesa. Decididamente monárquico y tradicionalista, algunas de sus cartas fueron consideradas delito capital por las autoridades republicanas y murió guillotinado en 1792. Afortunadamente, Jacques Cazotte disfrutó de una vida larga para la época, 73 años, y tuvo tiempo de legarnos esta pequeña joya llena de encanto y fascinación que es El Diablo Enamorado.
Javier Aspiazu
Y aquí acaba la historia de este blog de Pompas de Papel. A partir de…
Última entrega por esta temporada del concurso de Pompas de Papel en el que Bego…
Sardinerak es el quinto título de la colección de álbumes trilingües Ipuinak que edita la…
Gizakiaren bizitza distantzian egiten den ekintza baizik ez denez, Edalontzi baten barruan dir-dir egiten duen…
Es el autor de este libro un ciudadano sensato que, preocupado por el futuro del…
View Comments
Hola, soy un médico anestesiólogo mexicano, he leído algunas referencias biográficas de Cazotte,y encuentro muy interesante el misticismo que envuelve la vida y la obra del oriundo de Dijon. Tengo interés en leer sus obras yprincipalmente "el diablo enamorado" que me fué referido al leer "el club Dumas " de Pérez-Reverte. Quisiera mas informacion acerca de la biografia de éste autor y saber su opinion acerca de la veracidad o antecedentes de las facultades premonitorias que se le atribuyeron y si eso tuvo influencia en su ejecución. Salu2 y los felicito por su página.