Pompas de papel

Tuvo Palahniuk una buena presentación en la sociedad literaria con El club de la lucha, a lo que contribuyó lo suyo la película de David Finch con Pitt y Norton al frente del reparto. Desde entonces nunca ha conseguido alcanzar los niveles de aquella novela, ni en popularidad, el cine se le ha negado, ni en calidad, o, al menos, en plasmar propuestas tan inquietantes, nuevas, diferentes. Pero Palahniuk es un escritor que no se rinde y ya ha servido una docena de obras tratando de explorar el lado oscuro de la sociedad. El problema es que, a veces, casi siempre, le da la risa y la gente no le toma en serio. Lo comprendemos, Chuck debe estar desesperado.

Ahora la ha emprendido con una aventura algo descabellada sobre una adolescente que muere y va al infierno. Ella no acaba de creérselo porque no pensaba que la muerte estuviera tan cercana a su edad y además es hija de una pareja de famosos que la ha sobreprotegido toda la vida y no sabe qué hacer. Pronto descubrirá cómo funcionan las cosas por ahí y demostrará tener una gran iniciativa. No contaremos mas porque tampoco es plan de destriparles los muchos episodios más o menos afortunados que se van sucediendo, pero si les diremos que el autor aprovecha para ir dejando caer una serie de personajes emblemáticos que le sirven para atacar diferentes aspectos de la vida actual, empezando por las contradicciones más evidentes. Después de conocer a los diferentes tipos de habitantes del infierno nos aventuramos en los diferentes círculos de infierno, ahí pierde Palahniuk la comparación con Dante, y acaba nuestra heroína dispuesta a disputar el trono de semejante lugar.

Todo es una gigantesca broma, todo le sirve al autor para satirizar sobre cuestiones que creemos razonables porque vivimos con ellas desde hace mucho tiempo y, de paso, hasta se permite tener una intriga policiaca contada en flashbacks porque parece que la Condenada no murió como ella creía. Le ha debido gustar tanto su idea al autor que la novela termina con un “continuará”. Hombre, no es una mala opción, y quién sabe si está pensando en convertirla en una serie, pero quizá sería de agradecer que hubiera escrito todo lo que debía sobre el tema y luego hubiera decidido como publicarlo porque la verdad es que este volumen no tiene muchas páginas y no le hubiera venido mal el añadido de lo que tiene en mente.

Me gusta Palahniuk, es lo suficientemente frívolo como para hacer comedias con cosas muy serias, por ejemplo la muerte, y carga con el suficiente cinismo como para dar una visión diferente a la convencional. No siempre acierta, pero lo intenta así que vamos a considerar que tiene interés su escritura. Que se repite, que algunos personajes se parecen demasiado a otros de otras novelas, pues sí, pero ya saben cómo son los autores, siempre creen que tienen más que decir sobre determinados temas y nunca tienen las suficientes ideas como para publicar un libro diferente al año. Y en todo caso siempre queda el recurso de decir que la repetición es un sello particular, su estilo. Pero como primera lectura de Palahniuk esta novela, Condenada, es inmejorable. Si ya conocen al autor seguramente serán fans. No diré pues nada más. Pero si no le conocen sepan que pasarán, en su compañía, al menos, un rato entretenido.

Félix Linares