Milena Busquets (Barcelona, 1972) escribió esta novela, una de las sensaciones de la pasada Feria de Fráncfort, pocos meses después de la muerte de su madre, Esther Tusquets, la creadora de una de las editoriales españolas más prestigiosas de la Transición, la editorial Lumen. Tusquets fue además una de las más interesantes escritoras de la denominada “gauche divine” catalana, la generación de los hijos de la burguesía ganadora de la Guerra Civil que se convirtieron en azote de la sociedad de la que provenían y enarbolaron todo tipo de banderas progresistas, entre ellas la de la oposición al régimen franquista. Seguramente pocos escritores han retratado tan bien en sus novelas a estos personajes como Tusquets, especialmente en la famosa trilogía que forman las novelas El mismo mar de todos los veranos, El amor es un juego solitario y Varada tras el último naufragio.
Esta introducción no es baladí, porque Milena Busquets rinde en su segunda novela un homenaje a su madre y a esa generación que prácticamente ha desaparecido ya.
La novela establece un claro paralelismo entre los hijos de la “gauche divine” y sus padres y concluye que no hay tantas diferencias entre las dos generaciones. Las dos generaciones vivieron sus vidas con una aparente libertad, a pesar de las dificultades. Todos sus componentes se vieron enfrentados a la necesidad del éxito, exigido por la clase social a la que pertenecían y pertenecen. Vivieron libremente el amor y se equivocaron: tuvieron esposos, amantes, hijos; se separaron, encontraron otra vez pareja, volvieron a separarse. El eterno tobogán del amor y el desamor.
Y esta es la clave de este libro, el amor. Porque esta novela es un canto al amor. “Nunca somos tan poderosos como cuando estamos enamorados y somos correspondidos”, se dice. Pero también se asegura que “no hay marcha atrás en una historia de amor”, porque “una relación es siempre una carretera de sentido único”. Aunque “una de las cosas más sorprendentes del amor es su milagrosa capacidad de regeneración”. Y en todo caso, en lo relativo a la tristeza y el dolor, como dice el título de la novela “también esto pasará”.
Milena Busquets tira de sus vivencias personales para escribir una de las historias más conmovedoras, reveladoras y honestas que uno ha podido leer en los últimos tiempos. Una historia repleta de risas y lágrimas, de derrotas y victorias, de pesadillas y sueños, de angustias y esperanzas. Una fotografía de la vida y sus recovecos.
Enrique Martín
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