Bloqueados en Kazajistán por una costosa avería

Hemos llegado a Almaty (Antigua capital de Kazajistán, la ciudad más poblada del país). Estamos apenas a 5.000 kilómetros de Ulan Bator si no me equivoco. El destino final de esta aventural del Rally benéfico Galdakao-Mongolia dentro del Mongolia Charity Rally.

Hemos llegado, sí; pero renqueantes. Tenemos 2 inyectores que no trabajan por culpa del diesel uzbeko y nos tienen que enviar las piezas desde Moscú. Sale un pastón, si es que lo queremos arreglar. Son 1.600 dólares, y no tenemos ese dinero. ¿Podéis ayudarnos? (Para empezar, Igotz Zuluaga de EGUZKILORE, ha hecho su primera aportación personal de 100€. Esperemos que os vayáis animando. Cualquier aportación, por pequeña que sea, será más que bien recibida. Este es el número de cuenta: 2095-0326-10-9112017297 )

Uzbekistán fue una odisea, aunque  en la foto no lo parezca. A ver si Kazajistán nos sonríe

Uzbekistán fue una odisea, aunque en la foto no lo parezca. A ver si Kazajistán nos sonríe

Aún así, vamos a dar más vueltas un par de días a ver si alguien nos da otra solución. La impresión que tengo es que, al saber que venimos de tan lejos, creen que debemos estar forrados; y es todo lo contrario.

Estamos esperando a ver qué se nos ocurre y acompañados por un kazajo de 61 años que corre maratones y se ha animado a acompañarnos hasta Rusia, con un móvil como equipaje. ¡Menudo personaje!.

Ayer llegamos hasta Almaty a dos cilindros. Pensábamos que aquí había de todo y que seria fácil arreglar la avería. Pero nos equivocamos. Aunque se parece mucho, esto no es Europa, y sólo encontramos problemas.

Le propuse ayer a Andrés dar una vuelta para ver algo y me dijo. “Sí. Para hacer turismo estamos. Si no tenemos un minuto libre.” Bueno, lo llevamos como podemos  🙂

Almaty es moderna y a ver si encontramos una segunda opinión de nuestro problema con el motor. Hay concesionario de nuestra marca. Pero sólo para gasolinas. En fin …

Voy a buscar una tarjeta de teléfono para que nos podáis llamar, pero necesitamos un pasaporte local para comprarla, creo. A ver si este buen hombre nos presta el suyo.

Hasta el lunes no podemos hacer nada así que hoy cuidando de la furgo que ya nos han robado 4 pegatinas y no queremos que nos roben la bicicleta.

La salida de Uzbekistán, de película

La salida de Uzbekistán fue de pelicula. Antes de ayer la policía uzbeka nos escolto hasta la frontera con Kazajistán. Eran las 12 de la noche, nos la abrieron para nosotros solitos pues estaba ya cerrada. Nos ayudaron con el papeleo y todo. Parecía que estaban deseando de que nos fuéramos.  🙂

Bueno, cuando llegamos al check-point de customs me dicen que pare el motor, se quedan con un par de raciones de comida a cambio de no hacernos sacar muchas cosas de la ambulancia y cuando nos dan permiso para entrar en la “zona de nadie” entre Uzbekistán y Kazajistán, va “curvitas” (Así llamamos a la ambulancia que es nuestro vehículo en esta aventura) y dice que no quiere arrancar.

Tuvimos que pasar la noche en la zona franca y al día siguiente entrar en Kazajistán con una entrada triunfal … ¡A EMPUJONES! J Tardamos dos horas porque estaba cuesta arriba no había más que baches. Y sólo estábamos dos para tan ardua labor a 40 grados bajo el sol.

Conseguimos entrar en zona kazaja y yo ya estaba totalmente desmoralizado tras 17 dias retenidos en Uzbekistán, con las peripecias que ya contamos en Radio Euskadi y tras revisar la furgona al ver que no quería arrancar.

Pedimos ayuda a un par de personas que pasaban por allí. Uno nos quería cobrar 1000 dólares por acercarnos al taller. Le dijimos que no y seguimos empujando hasta llegar a la carretera donde un grupo de camioneros nos estuvo ayudando hasta que milagrosamente y sin nadie saber porque arrancó.

A pesar de las dificultaes, hemos encontrado gente buena

A pesar de las dificultaes, hemos encontrado gente buena

Hicimos 200 kilometros hasta Shimkent y buscamos taller, la enchufaron el ordenador y resulta que tenemos dos inyectores averiados. Hemos anulado la electrónica de la presión para que funcione. Menos mal que es un motor grande y puede quemar hasta plátanos si los echas.

No tienen repuestos para ello y el repuesto más cercano estaba (o eso creíamos …) a 700 kilómetros, en Almaty.

La ambulancia no soporta el ralentí y había que tenerla todo el rato a mas de 1500 revoluciones. Llegamos a Taraz y tuvimos que ir a la policía a registrarnos como turistas antes de 5 dias.

Esa noche precibí un olor como a quemado, pero no podíamos parar porque no iba a volver a arrancar. Tras darle muchas vueltas me doy cuenta que lo que se estaba quemando es la batería que hay bajo mi asiento. Estaba hirviendo y soltaba un chorro de gas. Tuvimos que hacer los últimos 70 kilómetros con la camiseta en la boca, pues es acido sulfúrico lo que se evapora junto con el agua agua.

200 kilómetros pueden parecer pocos, pero hay que tener en cuenta que nosotros no pasamos de 50 y que las carreteras dan miedo. Nos llevó unas 5 horas conduciendo. Hay tramos de 10 por hora.

Estamos a un “pasito” de llegar a Ulan Bator. “Apenas” nos quedan 5.000 kilómetros, pero van a ser muy jodidos porque ya no tenemos visado para Rusia. El nuestro ha caducado. Ahora  trataremos de hacer uno a ver si nos lo dan, ya que para entrar en Rusia hay que ser invitado.

Seguimos adelante, con ganas y echando mucho en falta las fiestas de Bilbao. A ver si con un poco de suerte podemos llegar a las de Galdakao, aunque lo dudo.

Antes de salir ya decían que esta es la mayor aventura del mundo. Sin lugar a dudas, doy fe. Están pasando cosas increíbles.

Un abrazo.

Un pensamiento sobre “Bloqueados en Kazajistán por una costosa avería

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