Archivo de la categoría: PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜÍSTICA

Aprender a Disfrutar del presente

Estás entrenado para vivir preocupado por el futuro, para tratar de prevenir todo lo negativo o peligroso que te pueda pasar. Lleno de temor y de tensión, imaginas de la peor manera el desarrollo de los acontecimientos; Todo esto sin darte cuenta de que el futuro no existe, y no ha llegado todavía, así que también puede presentarse de una buena manera.

Seguramente has escuchado una frase popular que te sugiere ocuparte en lugar de preocuparte. Entonces, decide no angustiarte más por el futuro y en su lugar, comienza a ocuparte en el presente de tomar las decisiones y realizar las acciones más adecuadas, para que el futuro sea un buen tiempo para ti y los tuyos.

De la misma manera sucede con el pasado, es posible que vivas apegado al recuerdo de lo que pasó, con el deseo de que las cosas hubiesen ocurrido de una manera diferente, o que permanezcas atado al recuerdo doloroso de alguna situación que viviste atrás, y de la cual no te hayas podido liberar… En fin, lo más importante es saber que no podemos alterar o cambiar el pasado, que sólo podemos crecer a partir de cada momento vivido, con dolor o con felicidad, de manera que si deseas cambiar alguna circunstancia vivida atrás, tienes que poner tu atención en el presente para actuar conscientemente y así evitar que te vuelva a suceder.

Vivir en el presente, te permitirá comenzar a reconocer todas las oportunidades, las respuestas y las soluciones que la Divinidad acerca hacia ti… Respira suave y profundamente y ubícate: estás aquí y ahora, atiende a todo lo que está sucediendo en este momento, aprende a estar en presente con todos tus sentidos conectados y alertas.

¡Suelta el pasado y el futuro… Lo único que está pasando para ti es el presente!

Claves para estar en el presente

Practica un ejercicio de ubicación. Mira a tu alrededor para encontrar varios puntos de referencia, observa el cielo, sus colores, la densidad de las nubes, reconoce el lugar en el que te encuentras, quítate los zapatos y coloca los pies en el suelo, haz contacto con la tierra, observa cómo estás vestido en este momento. Cualquiera de estas prácticas te permitirá regresar al momento presente.

Ocúpate de hacer una sola cosa a la vez. No le permitas a tu mente distraer tu atención. Generalmente atiendes varias cosas a la vez y piensas que de esta manera eres más efectivo, pero esto puede ser erróneo, pues en la medida en que divides el foco de tu atención, pierdes la capacidad de reconocer y memorizar los detalles, así como disminuyes la capacidad de respuesta efectiva que es proporcional a la atención que prestas. Practica la observación consciente. Como cuando eras niña, procura obtener los detalles del elemento o la situación que observas; seguramente descubrirás que desconocías muchos de ellos. Atiende y mira los ojos de la persona con la que conversas, comunícate de una forma directa, recuerda que prestar atención es una forma de expresar amor.

Pon orden en tu vida. Prueba planificar la noche anterior las actividades del próximo día, de esta manera te asegurarás el atender cada cosa en su momento. Muchas veces son los pendientes urgentes los que nos impiden estar en presente, nos llevan hacia el futuro o hacia el pasado. Planifica en función de tu capacidad y en tiempos reales.

Vuélvete optimista. Reconoce cada cosa positiva que sucede en tu entorno inmediato, y apoyate en ello para ganar confianza y optimismo. No permitas que los rumores o los comentarios negativos, sin verificar, afecten la perspectiva optimista que tienes de la vida. Fortalece tu fe y la confianza en la Divinidad.

TODO LO QUE ERES, LO ERES PORQUE LO HAZ ESCOGIDO DE SER.

Eliminar el miedo oratorio

Eliminar el miedo oratorio

Al miedo oratorio se lo define como una inhibición para hablar en público. Es importante mencionar que ningún orador es elocuente desde el principio. Los más grandes oradores se reconocen tímidos o temerosos antes de iniciar un discurso.

Al enfrentar a un auditorio se siente esa rara tensión nerviosa, la que no debería desalentar. Es muy normal que una persona ante una situación nueva y difícil sienta malestar en el estómago, o que sus manos transpiren, o que sus rodillas tiemblen. Estas señales identifican a una persona responsable y que respeta a su auditorio.

Algunas personas superan inmediatamente esta sensación y se introducen ágilmente en su discurso. Otras, en cambio, no logran dominar la situación, manifiestan signos externos de su inestabilidad emocional y muchas veces ni siquiera pueden comenzar a hablar.

Este problema tan generalizado es perfectamente superable, practicando con entusiasmo y decisión los siguientes procedimientos:

1)  Solución a nivel mental:

a) Obtenga confianza en Usted mismo. William James dijo que la voluntad puede transformar al sentimiento mediante la acción. Aclaremos esto con un ejemplo: si una persona se siente triste, puede comenzar a reír si se lo propone.  Al cabo de un tiempo y siguiendo el esquema de James, esa persona cambiará su estado de ánimo: pasará de la tristeza a la alegría.

Recordemos que la mente tiene una capacidad autosugestiva, transforma en acto todo lo que acepta. Pero hay que tener cuidado en la forma en que se le presenta el material. Imagine que Ud. debe atravesar caminando una tabla de 100 metros de largo y 10 centímetros de ancho. Su mente obedecerá sin esfuerzo a su voluntad. Pero ahora imagine que la tabla se encuentra ubicada entre dos edificios a 100 metros de altura. La imagen de la altura induce a pensar en el obstáculo, es decir, en la posibilidad de la caída.

Habitualmente el obstáculo aparece como una atracción fatal para la mente, y por lo tanto, es fundamental aprender a visualizar para entregarle imágenes multisensoriales que apoyen el proceso de autosugestión.

El conocimiento de esta situación, que juega como un poder oculto de la mente, puede usarse para el logro de una mayor confianza. Si se proyecta esta capacidad al campo de la Oratoria, lo que se debe hacer es imitar al nadador que aprendió a nadar en el agua: ¡VENCER LAS INHIBICIONES ORATORIAS HABLANDO!

La experimentación es sencilla. Si habla en los lugares que hasta hoy le causan inhibición, al cabo de un tiempo esa actitud se tornará natural.

Como señalamos en la introducción de la clase 1, el ser humano está condenado desde su infancia a un rol de espectador porque tiene kilómetros de lectura o de recepción pasiva y solamente algunos metros de práctica en la exposición. Esa falta de uso de la expresión es la que genera el temor a hablar en público. Lo que no se usa se pierde y además, como decía Thomas Edison, el genio es un 10% de inspiración y un 90% de transpiración.

El miedo oratorio no solamente es perjudicial para las conferencias. Muchas veces, es el factor que provoca el error o la parálisis en un examen y genera el fracaso aunque se conozca el tema en profundidad. La información está  “en la punta de la lengua” pero, sin embargo, no se puede recuperar.

b) Autosugestión. Este punto está muy relacionado con el anterior en cuanto al logro de una mayor confianza. Muchos problemas no son reales, sino creados por uno mismo.

La autosugestión propone seguir el camino inverso: ¡Vencer y eliminar ese problema! ¿Cómo lograrlo? Muy sencillo: todas las noches y en cualquier momento del día, debemos cerrar los ojos e imaginar la persona que desearíamos ser. La visualización creativa debe ser tan real y potente como sea posible, es decir, imaginar el ideal.

Además, traducir esa imagen en una frase en tiempo presente que refleje el logro como si ya se hubiese consumado, como por ejemplo: “ahora soy el que siempre quise ser”. Nunca deben utilizarse frases con términos negativos como: “¡pronto voy a dejar de ser tímido!”. En la formulación de la frase, no debe aparecer el problema.

c) Actitud mental. La mayoría de los oradores aumentan su miedo pensando en sus posibles errores: ¿Me equivocaré?, ¿Se reirán de mí?, etc. Es importante: 1) Ocupar la mente en otra actividad. 2) Considerar el suceso en forma diferente 3) Descubrir y alterar la idea perturbadora. 4) Oponer la tendencia contraria. En

el módulo práctico, le sugerimos ejercicios que ayudan a combatir el miedo oratorio.

2)  Solución a nivel físico:

El miedo oratorio provoca una paralización a nivel físico. Esa tensión muscular debe ser relajada. Para conseguirlo se aconseja respirar diafragmáticamente en forma honda y profunda antes de comenzar a hablar, acomodar los papeles, limpiar el pizarrón, etc.

Esta suave actividad física permite lograr un mayor control corporal.

3) Solución a nivel elaborativo:

Una de las mejores garantías para derrotar al temor oratorio es la correcta preparación del tema: investigar, buscar material, elaborar un plan, memorizar el discurso, someterlo al juicio de otros y repetirlo muchas veces, averiguar cuáles son las características del auditorio (su nivel intelectual, preferencias, etc.).

4) Actitudes mentales de sostén:

Ud. puede sentirse valiente por el hecho de enfrentar al auditorio; otro, en su lugar, hubiera huido. Para reforzar esta convicción, es útil alentar las siguientes actitudes mentales de sostén:

¨ Sentir que puede prescindir del público, que lo único que tiene razón de ser es el discurso y que Ud. lo domina perfectamente.

¨ Asumir qué es lo peor que podría ocurrir. Luego, sólo restará mejorarlo.

¨ Convencerse de que hablar en público es lo mismo que hablar en privado.

¨ Proponerse llevar adelante todos estos procedimientos con decisión y tenacidad.

EL PROBLEMA COMO MOTOR DE LA INTELIGENCIA

Crisis y oportunidad.

El problema puede considerarse como el motor de la inteligencia ya que la enciende y la moviliza para que entre en acción. Una vez aceptado el problema, se activa el pensamiento: el instrumento que posee la mente para su resolución.

Sobre el pensamiento se habla mucho pero se hace poco. En el lenguaje cotidiano, se utiliza el verbo “pensar” de manera inapropiada, por ejemplo, como sinónimo de asociar, recordar o creer. Pensar, en el sentido reflexivo de la palabra, implica comprender la situación, inventar la solución y actuar en consecuencia.

Utilizar el imperativo piense es, en realidad, una paradoja. A ninguna persona se la puede obligar a pensar porque el pensamiento actúa reflexivamente cuando su socio estratégico (el problema) aparece.

El problema es entonces una oportunidad para utilizar la inteligencia y, por lo tanto, debe ser encarado con una visión optimista.

Para provocar un intenso movimiento interior que promueva un cambio en la vida, hay que adquirir el hábito del pensamiento como instrumento, desarrollar la capacidad de observación o de descubrir aquello que los demás no pueden ver, y fijar objetivos en lugar de limitarnos a reaccionar ante lo que sucede.

La necesidad, que es la madre del problema, es la consecuencia del deseo.

Se pueden distinguir dos fases por las que atraviesa la invención de una idea: nace en el hemisferio derecho, el sitio de la imaginación creadora, y continúa por el hemisferio izquierdo, donde se detiene hasta que se convierte en proyecto. La ejecución global de este proceso es la materialización de la idea como logro. Así es como el creador convierte su espíritu en materia.

Los pasos del pensamiento.

Para resolver un problema, el pensamiento utiliza un camino indirecto: obtiene conclusiones derivadas de los conocimientos que posee y los relaciona con los datos.

El conocimiento de lo general es básico para cualquier propósito ya que permite predecir lo que ocurrirá y planificar en consecuencia.

El pensamiento es el que hace el trabajo de generalizar e individualizar, es como un reflejo de la realidad que se hace posible gracias al lenguaje. Lo general se nombra con palabras, es decir, la palabra “árbol” representa a todos los árboles. Sin palabra, no hay generalización posible: el lenguaje es la realidad inmediata del pensamiento que permite ir más allá de la sensación y de la percepción.

El pensamiento, entonces, puede llegar mucho más lejos, y más rápidamente que la percepción porque mediante la generalización se puede concluir inclusive sobre aquello que no se ve.

Lo sensorial es la base del conocimiento ya que se aprende por contacto con la realidad. La práctica es la fuente, refuerza lo que se sabe y comprueba si el saber es consistente con respecto a los hechos o verdades que afirma.

Existe un doble sistema de señales: los hechos (lo real, lo que acontece) y los signos. Tanto uno como el otro se complementan en la mente del hombre.

El pensamiento difiere de persona a persona según su:

· Amplitud: Es la posibilidad de abarcar el problema en su conjunto, con sus características generales y particulares.

· Profundidad: Tiene que ver con llegar a las causas y consecuencias, inmediatas y remotas, y a sus fundamentos.

· Independencia: Es la capacidad de tener pensamientos propios y la posibilidad de ejercer sobre ellos la autocrítica.

· Flexibilidad: Se relaciona con variar los medios y los enfoques para solucionar los problemas ante los fracasos.

· Consecutividad: Es observar el orden, sin saltar erráticamente de un tema al otro aplicando los principios lógicos de la identidad, la no contradicción y el del tercero excluido.

· Rapidez: Está en relación con el timing para que la solución no llegue después del momento en que era necesario obtenerla.

El valor de las ideas.

El valor del pensamiento lógico queda planteado, la lógica fue la base del progreso de la ciencia. Sin embargo Einstein dijo que nunca descubrió nada nuevo con su hemisferio racional. Fueron pequeñas ideas las que transformaron al mundo. Lo que necesitamos es descubrir nuestro genio interior y llevarlo a la práctica con el auxilio de las ideas simples que se filtran con facilidad y que no reciben reparos por incomprensión o intereses en pugna ni generan la resistencia que sí provocan las propuestas complejas. El creador es el mejor imitador que tiene Dios en la Tierra porque genera un producto concreto de la nada.

Un arquitecto que ha descubierto su vocación y la ejerce con placer, pasa por un terreno e imagina la casa de sus sueños. Como tiene competencia y capacidad para concretar su idea, puede llevarla a la práctica con los recursos necesarios.

Examinemos algunos ejemplos de la historia sobre pequeñas ideas que produjeron grandes cambios:

· La fórmula elemental de guardar los fósforos en una cajita y su posterior automatización le dio a los suecos el monopolio sobre esa industria.

· King C. Gillette inventó la hoja de afeitar mientras se afeitaba. Partió de la premisa de inventar un producto que obligara a los hombres a comprarlo durante toda la vida.

· Albert Einstein descubrió la teoría de la relatividad imaginando que viajaba en la punta de un rayo de luz.

· Los medios masivos de difusión surgieron de la combinación entre el linotipo de Ottmar Mergenthaler, que hizo posible el periódico de impresión rápida y en escala, y la publicidad gráfica. El precursor fue Joshep Pulitzer que recurrió a esta fórmula para distribuir noticias y obtener ganancias al mismo tiempo.

· Nyels Finsen observó un gato en el tejado que se movía hacia el sol y tuvo una idea que lo convirtió en poco tiempo en el precursor de la lámpara de rayos ultravioletas.

· Jacobo Schaffer descubrió el papel cuando investigaba cómo las avispas lo obtenían de los árboles. Revolucionó al precario método que utilizaba trapos viejos para fabricarlo.

· Louis Wartemann inventó la pluma estilográfica después de perder un negocio por derramar tinta sobre el contrato.

· Thomas Edison se propuso iluminar un hilo muy fino y después de mil fracasos llegó a inventar la lámpara eléctrica.

· Los enormes huesos del oído son operados por una delicada membrana. Alexander Graham Bell pensó que podía imitar este sistema con piezas de acero. De esta manera inventó el teléfono.

· El planeta Neptuno se descubrió ya que José Leverrier supuso su existencia al observar las perturbaciones en el movimiento del planeta Urano.

· Otto Lilienthal inventó el planeador por comparación con el tipo de alas de las aves.